ENTRE LAS HIERBAS
Carlos de Hita
Es absolutamente incuestionable que el insecto es muy sensible a la temperatura. Para que empiece a rascar de una manera perceptible, o sea en la superficie, el termómetro ha de señalar algunos grados en la superficie de la tierra. Si el ambiente no es por lo menos de trece grados, se mantiene bajo tierra. El grillo, pues, no tiene día fijo para entrar en el guirigay primaveral (...), y en cuanto el tiempo se lo permite se encarama a las hierbas y toca su mandolina. Pero, si el tiempo refresca, se marcha enseguida. Quiere hacernos compañía, no ser un músico de alquiler. El grillo es un músico que entra y sale cuando quiere, que se marcha y vuelve sin compromiso. Es un insecto friolero y de movimientos regidos por el termómetro. No comete imprudencias ni perpetra heroísmos
Carlos de Hita
Es absolutamente incuestionable que el insecto es muy sensible a la temperatura. Para que empiece a rascar de una manera perceptible, o sea en la superficie, el termómetro ha de señalar algunos grados en la superficie de la tierra. Si el ambiente no es por lo menos de trece grados, se mantiene bajo tierra. El grillo, pues, no tiene día fijo para entrar en el guirigay primaveral (...), y en cuanto el tiempo se lo permite se encarama a las hierbas y toca su mandolina. Pero, si el tiempo refresca, se marcha enseguida. Quiere hacernos compañía, no ser un músico de alquiler. El grillo es un músico que entra y sale cuando quiere, que se marcha y vuelve sin compromiso. Es un insecto friolero y de movimientos regidos por el termómetro. No comete imprudencias ni perpetra heroísmos