Desde esta mirada, cruzarse con un compañero de trabajo, con un vecino, con personas
con las que habitualmente compartimos espacios de acción e ignorarlos, es no reconocer
el valor que la otra persona tiene. Saludar, nombrar, incorporar su nombre en los trabajos
en los que ha participado, es reconocerlo y legitimarlo como ser humano, como vecino,
como compañero, como colaborador.
con las que habitualmente compartimos espacios de acción e ignorarlos, es no reconocer
el valor que la otra persona tiene. Saludar, nombrar, incorporar su nombre en los trabajos
en los que ha participado, es reconocerlo y legitimarlo como ser humano, como vecino,
como compañero, como colaborador.