Fue al garaje y cogió uno de los balones de Enzo. Votó varias veces el balón y lo lanzó con todas sus fuerzas a la canasta. ¡Crash! La
moto de Enzo estaba tirada en el suelo y no tenía buen aspecto. Escondió la pelota y entró por la
puerta del
jardín, vigilando que no le viera su madre.