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A la Contra
Magdalenas para mojar
Javier Quero
Maleni fue consejera de Hacienda los años en que se perpetró el célebre fondo presupuestario que se diluyó por las cloacas de la Junta que unta....
A la Contra
Magdalenas para mojar
Javier Quero
Maleni fue consejera de Hacienda los años en que se perpetró el célebre fondo presupuestario que se diluyó por las cloacas de la Junta que unta....
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La ex ministra de Fomento socialista Magdalena Álvarez ha sido imputada por los ERE fraudulentos de la Junta de Andalucía. Y Rajoy sin dimitir. Estos del PP han perdido la vergüenza. Baja el paro por cuarto mes consecutivo y ninguno de ellos sale a pedir perdón...
La ex ministra de Fomento socialista Magdalena Álvarez ha sido imputada por los ERE fraudulentos de la Junta de Andalucía. Y Rajoy sin dimitir. Estos del PP han perdido la vergüenza. Baja el paro por cuarto mes consecutivo y ninguno de ellos sale a pedir perdón...
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Qué diferente este Gobierno de aquel otro equipo del talante por delante. Eso era un Ejecutivo fetén. En aquel Gabinete, contaban con intelectuales como Leire Pajín, que en las noches de luna llena vislumbraba encuentros interplanetarios entre su jefe y Obama, como adelanto de lo que todos acabaríamos viendo, las estrellas. Siempre en la memoria, Miguel Sebastián, el ministro del que, cada vez que se le encendía la bombilla, todo el mundo se preguntaba lo que habría consumido. Imposible olvidar esa musa de los derechos civiles, Bibiana Aído que aupó a sus compañeras a la condición de miembras. Indeleble permanece el recuerdo de Pepiño, el hombre que susurraba a los surtidores y que enlazaba una cabezada con otra como la pesadilla que se muerde la cola...
Qué diferente este Gobierno de aquel otro equipo del talante por delante. Eso era un Ejecutivo fetén. En aquel Gabinete, contaban con intelectuales como Leire Pajín, que en las noches de luna llena vislumbraba encuentros interplanetarios entre su jefe y Obama, como adelanto de lo que todos acabaríamos viendo, las estrellas. Siempre en la memoria, Miguel Sebastián, el ministro del que, cada vez que se le encendía la bombilla, todo el mundo se preguntaba lo que habría consumido. Imposible olvidar esa musa de los derechos civiles, Bibiana Aído que aupó a sus compañeras a la condición de miembras. Indeleble permanece el recuerdo de Pepiño, el hombre que susurraba a los surtidores y que enlazaba una cabezada con otra como la pesadilla que se muerde la cola...
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O Carmen Calvo, para la que el dinero público no es de nadie. O el mismísimo Zapatero, para quien la Tierra tampoco es de nadie, salvo del viento. O Magdalena Álvarez, para la que ni el dinero público ni la Tierra ni el mar ni la superficie ni los fondos son de nadie...
O Carmen Calvo, para la que el dinero público no es de nadie. O el mismísimo Zapatero, para quien la Tierra tampoco es de nadie, salvo del viento. O Magdalena Álvarez, para la que ni el dinero público ni la Tierra ni el mar ni la superficie ni los fondos son de nadie...
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La ex titular de Fomento no cesó de brindarnos titulares. Cuando no proyectaba su deseo de ver a Esperanza Aguirre colgada de las catenarias del metro de la T4, gritaba a los cuatro vientos delicadas reflexiones filosóficas como la consabida “antes partía que doblá”. Pero fue en enero de 2008 cuando la ministra alcanzó ese pedazo de gloria sólo reservada a los más insignes oradores parlamentarios. El magno momento tuvo lugar cuando le tocó responder de la actuación del Gobierno en una nevada que dejó cientos de automovilistas incomunicados en las carreteras. La frase debería figurar en el frontispicio del Congreso para que las generaciones postreras puedan admirar uno de los más excelsos paradigmas de la historia de la dialéctica...
La ex titular de Fomento no cesó de brindarnos titulares. Cuando no proyectaba su deseo de ver a Esperanza Aguirre colgada de las catenarias del metro de la T4, gritaba a los cuatro vientos delicadas reflexiones filosóficas como la consabida “antes partía que doblá”. Pero fue en enero de 2008 cuando la ministra alcanzó ese pedazo de gloria sólo reservada a los más insignes oradores parlamentarios. El magno momento tuvo lugar cuando le tocó responder de la actuación del Gobierno en una nevada que dejó cientos de automovilistas incomunicados en las carreteras. La frase debería figurar en el frontispicio del Congreso para que las generaciones postreras puedan admirar uno de los más excelsos paradigmas de la historia de la dialéctica...
