INVIERNO.
En grandes copos, lenta, silenciosa,
va cayendo la nieve de la altura,
manchando con su espléndida blancura,
la tierra helada, muerta, pedregosa.
Duermen los campos, el pueblo brumoso
surge a lo lejos débil e inseguro,
y en la que en otro tiempo fue una era
ni el ave canta ni el gañán reposa.
Y en tanto que la nieve espolvorea
las ramas de los árboles añosos,
la lumbre, en el hogar chisporrotea,
y tristes, ateridos, temblorosos,
al calor de los troncos quejumbrosos
envejecen los hijos de la tierra.
En grandes copos, lenta, silenciosa,
va cayendo la nieve de la altura,
manchando con su espléndida blancura,
la tierra helada, muerta, pedregosa.
Duermen los campos, el pueblo brumoso
surge a lo lejos débil e inseguro,
y en la que en otro tiempo fue una era
ni el ave canta ni el gañán reposa.
Y en tanto que la nieve espolvorea
las ramas de los árboles añosos,
la lumbre, en el hogar chisporrotea,
y tristes, ateridos, temblorosos,
al calor de los troncos quejumbrosos
envejecen los hijos de la tierra.