PEREZA.
Sería cosa de entonar un himno a la pereza, ese estado delicioso en que el cuerpo reposa en una inacción sublime, sin estremecimientos bruscos, sin pensamientos tristes, viéndolo todo con cierta vaguedad de ensueño voluptuoso que acab por provacar un espasmo ligero y dulce, suave y tenue que enlanguidece los músculos, haciéndoles experimentar un placer tan exquisito como misterioso, indefinible e intenso...
Sería cosa de entonar un himno a la pereza, ese estado delicioso en que el cuerpo reposa en una inacción sublime, sin estremecimientos bruscos, sin pensamientos tristes, viéndolo todo con cierta vaguedad de ensueño voluptuoso que acab por provacar un espasmo ligero y dulce, suave y tenue que enlanguidece los músculos, haciéndoles experimentar un placer tan exquisito como misterioso, indefinible e intenso...
...
Esperar las horas que nos han de traer la alegría que huye no bien saboreada, pero esperarlas sin tedio ni dolores es una gran ciencia que sólo conocen los voluptuosos...
Esperar las horas que nos han de traer la alegría que huye no bien saboreada, pero esperarlas sin tedio ni dolores es una gran ciencia que sólo conocen los voluptuosos...
Mensaje
Me gusta
No