Ofertas de luz y gas

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

¿Cómo pueden los padres de familia ayudar a sus hijos a apreciar el misterio y la atracción del mundo? Quizá sirvan para ello las sugerencias siguientes, aunque lo que soy yo, como no las utilice con mi nieto, con mis hijos, ya es difícil de que pueda utilizarlas...

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Respetemos el entusiasmo de los niños.
Para los niños hay algo inolvidable en esos momentos en que su padre, su madre o uno de sus abuelos, comparte lo que él ha descubierto. Ya hace algunos años, una madre se paró con su hijo delante del horno de Pina. Una vecina del pueblo la vió y le preguntó si estaba esperando a que abrieran el horno.
La madre le dijo que no. Que no estaba esperando a que abriesen el horno, que simplemente, su hijo le había hecho ir hasta allí para que ella pudiese comprobar el buen olor que salía del horno, tras explicarle que él cada vez que pasaba por allí, se paraba a aspirar aquellos deliciosos olores.

La madre había olvidado ya el maravilloso aroma del pan recién sacado del horno, y el chiquillo antes de echar de nuevo a andar, oprimió la mano de su madre, y se volvió a mirarla con ojos en que brillaba el orgullo.

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Una maestra me explicaba que, un día en la playa, observó a una niña de unos 10 o 12 años que a la orilla del agua se entretenía en escoger piedrecitas para llevárselas a su madre. Sentadas una al lado de la otra, muy juntas las cabezas, allí estaban, mientras la niña, feliz, trataba de identificar sus tesoros...

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Poco después, esta maestra comentaba con la madre.
-Debe usted de estar interesadísima en las piedras.
-Es mi hija quien se interesa por ellas- contestó la señora-. Por ahora, le atraen las piedras. El mes que viene, quizá sean las conchas, o tal vez las flores silvestres. Necesita alguien que la escuche...

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A la maestra no le asombró enterarse de que la jovencita era estudiante aplicada y la primera en ciencias naturales de su clase. La vida de aquella niña y la del muchachito que se parab delante del horno seguro que transcurrirán sus vidas desbordantesde espléndidasnovedades, siempre en espera de exploración...

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Es bueno compartir la capacidad de asombro.
Si se les da la oportunidad, los niños tienden a compartir gustososlos intereses de sus padres. Conzco una señora que arregló una parcelita de un metro cuadrado en el patio trasero de su casa. Compró para ella y para sus dos hijos tres potentes cristales de aumento y, juntos, madre e hijos, escudriñaban su territorio todos los días...

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-Aquellos cristales de aumento, abrieron para nosotros un mundo nuevo - comentaba la señora-. Veíamos cambiar las estaciones; nos maravillaban las exquisitas formas de los copos de nieve, la pluma de un pájaro, el ala de una mariposa. Los niños y yo -continuaba diciendo-, descubríamos hierbas exóticas, así como flores...

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Aun el centro amarillo de una margarita común está lleno de centenares de estrellitas amarillas. Ahora comprendemos lo que el poeta Walt Whitman quiso decir al escribir: "No conozco sino milagros"...

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Démonos tiempo para perseguir "arco iris".

Pues sí, deberíamos sacar tiempo para, en mi caso, mientras la comida está cocinándose en el horno, sacar a mi nieto, que ya a comenzado a dar sus primeros pasos, a dar la vuelta a la manzana, donde a la mitad de ella tenemos un parque. Me lo voy a plantear seriamente, porque en unos cuantos minutos podría dejarle de que huela algunas flores, o llamar su atención para que observe el cielo o las palomas...

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En el caso de los mayores, nuestro máximo placer de compartir, creo que está mientras hacemos el quehacer de la casa, mientras vamos recordando todo lo que observamos cada día. No únicamente se agudiza de esta manera el poder de observación sino que se llega a descubrir que incluso nuestros días "malos" tienen algunos mementos espléndidos...

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Ayudemos a los chicos a descubrir cosas por sí mismos.
Una vez, estando de excursión en la montaña, uno de los niños, al observar un arbusto que crecía al lado del río, preguntó por qué tenía espinas aquella planta.
- ¿No se te ocurre una explicación? -preguntó la maestra.
No tardaron los chicos en arremolinarse e intercambiar preguntas y respuestas, con un entusiasmo que rara vez exteriorizaban en las aulas. Por fin, una niña soltó una risita y dijo:
- ¡Me figuro que sera´n perchas donde las hadas del bosque cuelgan a secar sus alitas cuando vienen a nadar al río!
Aquella explicación le encantó al maestro...

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-Se debe evitar encasillar a los pequeños en los límites de una sola contestación "correcta" -comentó un maestro en una reunión de padres, dirigiéndose a éllos-. Se aprende mucho más echando a volar la imaginación...

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No podemos cuantificar lo que le damos al niño al brindarle una más viva conciencia de la vida, o algo con qué soñar...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Si ha de valer la pena seguir viviendo, dependerá de los jóvenes creativos que observan el mundo y los juzgan digno de conservarse...