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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

POR FIN, UN TULIPÁN NEGRO.

Los floricultores holandeses intentaron durante siglos obtener este prodigio legendario o "sueño imposible", pero con tenacidad, lo consiguieron...

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Era poco después de la medianoche del 18 de febrero de 1986, cuando el cultivador de tulipanes Geert Hageman, de 29 años, vecino de Oude Niedorp, aldea de 500 habitantes situada a 30 kilómetros de Amsterdam, hacía la última ronda de la jornada por sus invernaderos...

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Durante días había esperado ansiosamente que habrieran varios miles de tulipanes, producto de una nueva y prometedora fertilización cruzada. Afuera caía una ligera helada, pero en el invernadero la temperatura era primaveral, de unos 20º C., y los primeros capullos pronto mostrarían el color de sus pétalos...

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Mientras recorría con la mirada las plantas, que crecían en tiestos separados, Hageman pensaba en sus intentos de años anteriores por obtener un tulipán casi negro...

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Sabía qué escasas eran las probabilidades de que su último experimento diera ese resultado. Sus cruzas de tulipanes de color morado con los de color morado oscuro habían dado sólo ejemplares morados, pero quizá esta vez... Hundido en profundas reflexiones, el floricultor andaba entre el follaje de sus plantas...

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Holanda acapara más del 80% del mercado mundial de tulipanes, tanto de bulbos como de flores. En 1988 en ese país se cultivaban tulipanes en 7110 hectáreas de tierra arable, es decir, en cerca de la mitad de la extensión que se destina allí al cultivo de plantas bulbosas...

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En el otoño de 1988 se vendieron 100 millones de bulbos en el mercado nacional, por un valor al menudeo de 12,5 millones de dólares, y se exportaron alrededor de de 1800 millones de bulbos, lo cual representó una ganacia aproximada de 250 millones de dólares...

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De los 850 millones de flores de tulipán subastadas en Holanda en 1988, alrededor del 70% se exportaron; su valor estimado: unos 125 millones de dólares...

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Oriundos de Asia Central, los bulbos de tulipán llegarona a Holanda en el siglo XVI y desde entonces, esta flor se ha convertido en el símbolo nacional, y la búsqueda de variedades especiales ha interesado a cultivadores, negociantes y público en general...

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A principios del siglo XVII, por ejemplo, los tulipanes color de fuego, cultivados artificialmente, tales como los Viceroy y los Semper Augustos, se pusieron de moda. En el apogeo de esta racha había quien pagaba 6000 florines por un solo bulbo ¡cuando se podía comprar una casa por 900 florines!...

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Pero no se había colmado un sueño: obtener una variedad negra. De esto se hablaba como de un mito; era algo así como la piedra filosofal de los alquimistas...

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El mito se difundió por todo el mundo gracias a la novela de Alejandro Dumas, padre, escrita en 1850 "El tulipán Negro", cuya trama transcurre en la turbulenta Holanda de 1672...

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En el episodio más conocido de la novela, Rosa muestra a Cornelius la flor de un tulipán negro a través de la reja de la celda de la cárcel donde se encuentra: " Cornelius rozó la flor con sus labios. Esra un tulipán maravillosamente bello, con tallo de casi medio metro, que de entre cuatro hojas verdes y tersas surgía recto como la espada...

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La corola negrísima tenía el lustre de azabache". Más adelante Cornelius recobra la libertad, se casa con Rosa, y el tulipán, después de causar sensación, recibe el nombre de "Tulipa nigra Rosa Baerlaensis", en honor de sus dos cultivadores...

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Pura fantasía, pero Geert Hageman cuenta: "Cuando era un niño leí el libro de Dumas y quedé fascinado. Cultivar tulipanes y "descubrir" una veriedad de color negro azabache era lo más hermoso que podía yo imaginar"...

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El afortunado cultivador era un hombre de recia complexión, rubio, y de mirada penetrante y franca. Nació en 1956. Actualmente está casado y tiene cuatro hijos...

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Cuando Geert era pequeño, en los campos cercanos a su pueblo natal se cultivaban tulipanes. A la edad de diez años empezó a trabajar para uno de los cultivadores, Henk van Damm, recogiendo y limpiando bulbos. "El chico no le llegaba a las rodillas a un grillo en aquel tiempo", recordaba con una sonrisa van Damm, cuando rondaba los 50 años. "Pero era un buen organizador, y a los 14 ya estaba al mando de una cuadrilla...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Cuando su familia se iba de vacaciones, él prefería quedarse cuidando los tulipanes". Después de estudiar un año, sin mucho interés, optó por seguir su vocación de cultivador de tulipanes, y a los 20 años de edad ingresó en la empresa Triflor-van Dam...