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Seguía la lluvia. El Cordobés se situó delante de la puerta de toriles, y cuando el portón se abrió, "Impulsivo", el número 25, irrumpió furiosamente en la arena...
Seguía la lluvia. El Cordobés se situó delante de la puerta de toriles, y cuando el portón se abrió, "Impulsivo", el número 25, irrumpió furiosamente en la arena...
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Cuando el toro levantó la cabeza, un paquete de músculos se contrajo en su cuello. Tenía unos cuernos afilados, de casi treinta centímetros,; unos cuernos capaces de arrancar un árbol, astillar una traviesa o sacar las entrañas de un hombre...
Cuando el toro levantó la cabeza, un paquete de músculos se contrajo en su cuello. Tenía unos cuernos afilados, de casi treinta centímetros,; unos cuernos capaces de arrancar un árbol, astillar una traviesa o sacar las entrañas de un hombre...
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El animal no sabía de la astucia del hombre. Venía de una plácida dehesa, pero en su cerebro anidaba un instinto mortal, fraguado en varias generaciones de toros bravos, para retar y destruir cualquier objeto que le amenazara...
El animal no sabía de la astucia del hombre. Venía de una plácida dehesa, pero en su cerebro anidaba un instinto mortal, fraguado en varias generaciones de toros bravos, para retar y destruir cualquier objeto que le amenazara...
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Después de media hora en el ruedo, sería imposible matarlo con arreglo a las normas clásicas de la tauromaquia, porque un toro (este era tuerto) -y en ello están de acuerdo los aficionados-, aprende más en media hora que un hombre en toda su vida...
Después de media hora en el ruedo, sería imposible matarlo con arreglo a las normas clásicas de la tauromaquia, porque un toro (este era tuerto) -y en ello están de acuerdo los aficionados-, aprende más en media hora que un hombre en toda su vida...
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Paco Ruiz, el peón, se dió cuenta que el toro era muy ágil y seguro de remos, y comprendió enseguida que no buscaba la capa, sino el cuerpo. Desde el burladero, El Cordobésadvirtió que el astado derrotaba por el pitón izquierdo...
Paco Ruiz, el peón, se dió cuenta que el toro era muy ágil y seguro de remos, y comprendió enseguida que no buscaba la capa, sino el cuerpo. Desde el burladero, El Cordobésadvirtió que el astado derrotaba por el pitón izquierdo...
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Rodeado por el tenso silencio de los tendidos, El Cordobés salió al ruedo. El bicho se arrancó y el espada lo embarcó en una chicuelina a la que siguió otra que hizo brotar el primer olé del graderío...
Rodeado por el tenso silencio de los tendidos, El Cordobés salió al ruedo. El bicho se arrancó y el espada lo embarcó en una chicuelina a la que siguió otra que hizo brotar el primer olé del graderío...
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El Cordobés continuó la lidia con una serie de pases, y luego se apartó de su desconcertado adversario. El revuelto cabello se desbordaba
de la montera; sonriendo francamente como un niño feliz agradeció los aplausos de la afición, pero esa agradable mueca desapareció cuando descubrió en el toro el mismo reparo de que adolecía el toro que corneó mortalmente a Joselito. -Es tuerto del izquierdo- le dijo a Paco...
El Cordobés continuó la lidia con una serie de pases, y luego se apartó de su desconcertado adversario. El revuelto cabello se desbordaba
de la montera; sonriendo francamente como un niño feliz agradeció los aplausos de la afición, pero esa agradable mueca desapareció cuando descubrió en el toro el mismo reparo de que adolecía el toro que corneó mortalmente a Joselito. -Es tuerto del izquierdo- le dijo a Paco...
