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Seguía la lluvia. El Cordobés se situó delante de la puerta de toriles, y cuando el portón se abrió, "Impulsivo", el número 25, irrumpió furiosamente en la arena...
Seguía la lluvia. El Cordobés se situó delante de la puerta de toriles, y cuando el portón se abrió, "Impulsivo", el número 25, irrumpió furiosamente en la arena...
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Cuando el toro levantó la cabeza, un paquete de músculos se contrajo en su cuello. Tenía unos cuernos afilados, de casi treinta centímetros,; unos cuernos capaces de arrancar un árbol, astillar una traviesa o sacar las entrañas de un hombre...
Cuando el toro levantó la cabeza, un paquete de músculos se contrajo en su cuello. Tenía unos cuernos afilados, de casi treinta centímetros,; unos cuernos capaces de arrancar un árbol, astillar una traviesa o sacar las entrañas de un hombre...
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El animal no sabía de la astucia del hombre. Venía de una plácida dehesa, pero en su cerebro anidaba un instinto mortal, fraguado en varias generaciones de toros bravos, para retar y destruir cualquier objeto que le amenazara...
El animal no sabía de la astucia del hombre. Venía de una plácida dehesa, pero en su cerebro anidaba un instinto mortal, fraguado en varias generaciones de toros bravos, para retar y destruir cualquier objeto que le amenazara...
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