Un día al salir de la iglesia, un marido le dijo a su mujer: " (Vamos a poner María), hazme el favor de no darme codazos durante el sermón. Conozco muy bien mis pecados sin que tú les pongas signos de admiración".
¡Un poco más de precaución, señores, que hasta las paredes oyeeeeeen!
¡Un poco más de precaución, señores, que hasta las paredes oyeeeeeen!