LAS PROMESAS DEL MIEDO.
No hay en el mundo asno que no haya aprendido antes que el hombre y tardado más que él en olvidarlo, que tan largo es el miedo en prometer como en cumplir tacaña gratitud. Escuchad lo que os cuento:
Hallándose un día el Miedo en un gran aprieto, llamó en su socorro a la Promesa y le dijo:
- ¿Querrías hacerme un favor, veleta?
A lo cual, la Promesa, que siempre ha sido una bobalicona capaz de echarse al fuego por complacer a la gente, contestó:
- ¡Y dos también!
-Entonces vete corriendo a casa del Socorro y dile de parte mía que, que si viene a al punto de slavarme, le he de regalar el desmonte en donde este año he plantado la viña...
No hay en el mundo asno que no haya aprendido antes que el hombre y tardado más que él en olvidarlo, que tan largo es el miedo en prometer como en cumplir tacaña gratitud. Escuchad lo que os cuento:
Hallándose un día el Miedo en un gran aprieto, llamó en su socorro a la Promesa y le dijo:
- ¿Querrías hacerme un favor, veleta?
A lo cual, la Promesa, que siempre ha sido una bobalicona capaz de echarse al fuego por complacer a la gente, contestó:
- ¡Y dos también!
-Entonces vete corriendo a casa del Socorro y dile de parte mía que, que si viene a al punto de slavarme, le he de regalar el desmonte en donde este año he plantado la viña...