Se dice que el reloj interior de cada persona va un par de minutos atrasado con respecto al paso del día a la noche. En la naturaleza esto no supone problema alguno, ya que todas las criaturas utilizamos el sol para ajustar nuestro cronómetro.
Las personas necesitamos otras cosas además de la luz del día como señal temporal para ajustar el tiempo corporal con el ciclo solar. Si al reloj interior lo dejásemos actuar a su libre albedrío, se atrasaría días tras día.
Se podría pensar que con el cambio de estaciones, y cuando el sol sale más temprano, el tiempo corporal debería acelerase, pero esto no ocurre porque para que esto no nos trastorne el sueño, el reloj se ajusta otra vez por la noche.
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