— ¿Qué dices? ¿Casarme yo con tu hija? —preguntó asustado.
— Soy una mujer vieja y pronto moriré, no quiero que mi hija se vea desamparada y sola. —agregó la anciana.
Lucero de la Noche se inclinó y le besó los pies, estaba muy feliz, pues eso era lo que había deseado desde el momento mismo en que había conocido a la joven, nunca nadie lo había mirado a los ojos de tal manera y estaba profundamente enamorado.
La joven muchacha se sonrojó, estaba igualmente enamorada de Lucero
de la Noche, aceptó las razones de su madre y por supuesto, las de su corazón.
— Soy una mujer vieja y pronto moriré, no quiero que mi hija se vea desamparada y sola. —agregó la anciana.
Lucero de la Noche se inclinó y le besó los pies, estaba muy feliz, pues eso era lo que había deseado desde el momento mismo en que había conocido a la joven, nunca nadie lo había mirado a los ojos de tal manera y estaba profundamente enamorado.
La joven muchacha se sonrojó, estaba igualmente enamorada de Lucero
de la Noche, aceptó las razones de su madre y por supuesto, las de su corazón.