Por otra parte, resultaba disparatado, poco prudente y contraproducente, quitar de su puesto a alguna de las “promesas” para ubicar a uno de los “monstruos” del curso, máxime cuando cualquiera de las “muchachitas” venía desarrollando una labor meritoria desde su graduación y nadie como ellas conocía con-cre-ta-men-te la manera de ser y las sinvergüenzuras de los moradores de los territorios en los que realizaban su ardua labor desestabilizadora, por lo cual, les gustara o no, una de las “brillantes” tendría que irse con su música, su escoba y sus calderos para…donde todo el mundo las mandaba y donde, ¡por favor!, no perjudicaran a nadie, principalmente a las jóvenes y complacientes promesas que, además trabajaban como unas mulas.
Si la Alta Esfera de la Brujería no encontraba dónde situar a la que causara Baja, que se quedara Cesante y sanseacabó: que se dedicara a pintar uñas o a vender cucuruchos de maní, o se convirtiera en una de las tantas mujeres del pueblo que devenidas en supuestas “amas de casa”, no tenían tiempo ni para hacer pipi.
Dicho y hecho, las que le envidiaban hasta la fealdad, no se cansaron de blasfemar de las mismas, acusándolas de un montón de cosas buenas que casi rayaban en lo angelical, y hasta llegaron a decir que no dudaban que fueran hadas infiltradas, propiciando el recelo de los dirigentes del Ministerio que, impacientes y nerviosos, estaban a punto de declararlas No CONFIABLES, o peor, regresarlas a Ultratumba por ser consideradas BRUJAS NO GRATAS.
Si la Alta Esfera de la Brujería no encontraba dónde situar a la que causara Baja, que se quedara Cesante y sanseacabó: que se dedicara a pintar uñas o a vender cucuruchos de maní, o se convirtiera en una de las tantas mujeres del pueblo que devenidas en supuestas “amas de casa”, no tenían tiempo ni para hacer pipi.
Dicho y hecho, las que le envidiaban hasta la fealdad, no se cansaron de blasfemar de las mismas, acusándolas de un montón de cosas buenas que casi rayaban en lo angelical, y hasta llegaron a decir que no dudaban que fueran hadas infiltradas, propiciando el recelo de los dirigentes del Ministerio que, impacientes y nerviosos, estaban a punto de declararlas No CONFIABLES, o peor, regresarlas a Ultratumba por ser consideradas BRUJAS NO GRATAS.