Comentario
Para Xenakis la música es concebida como el medio más idóneo para reflejar la realidad universal. Muchas de sus obras se podrían definir como “estructuras sonoras formales” producto de una mímesis con la realidad sensible. En ellas trata de reflejar fenómenos sociales, políticos, filosóficos o naturales.
A menudo Xenakis compone sobre sus experiencias en la guerra civil griega y la Segunda Guerra Mundial. «En mi música se encuentra toda la angustia de mi juventud, de la resistencia, junto a las enormes manifestaciones en las calles y los sonidos mortales de las noches frías de diciembre de 1944 en Atenas», comenta el compositor.
Xenakis trabajó también la integración de música con arquitectura diseñando espacios para obras específicas, como Diatope (1977) y componiendo música para espacios ya existentes como Persépolis (1972).
«Está claro que la música y la arquitectura son ambas artes que no necesitan imitar cosas; son las artes en las cuales la materia y la forma tienen que relacionarse más íntimamente que en cualquier otro lugar.»
Fue también pionero en el uso de ordenador en la composición musical. Fundó en 1966 el CEMAMu (Centro de Estudios de Matemática y Automática Musical) donde desarrolló aplicaciones informáticas como el innovador sistema UPIC, que establecía una relación directa entre notación gráfica (dibujo) y sonido.
Este sistema consistía en una tabla de dibujo digital en la que el usuario podía trazar directamente la forma de onda y realizar un dibujo libre a base de líneas que el ordenador interpretaría sonoramente siguiendo unos parametros determinados.
Además de su interés por las leyes matemáticas y de probabilidad, a Xenakis le interesaban la musicalidad de fenómenos masivos naturales y sociales.
Basándose en las leyes de probabilidad que ocurren en estos fenómenos y aplicándolas a la composición de sus obras, Xenakis inicia la que llamó Música Estocástica.
«Fenómenos masivos naturales como la colisión del granizo o la lluvia sobre superficies duras, o el canto de las cigarras en un campo veraniego. Estos acontecimientos sonoros están constituidos por miles de sonidos aislados; esta multitud de sonidos, vista como una totalidad, es un nuevo acontecimiento sonoro. Este acontecimiento masivo está articulado y forma un molde temporal fexible, que de por sí sigue las leyes aleatorias y estocásticas.»
En muchas de sus obras podemos observar la creación de estos nuevos acontecimientos sonoros a través del uso de instrumentos de percusión de corta duración (cajas chinas, maracas, látigos…). Estos instrumentos usados en gran número forman una masa sonora que puede tener movimiento interno, ya sea a través de desplazamientos espaciales o a través de variaciones en la dinámica, tal y como ocurre en Terretêktorh.
Para Xenakis la música es concebida como el medio más idóneo para reflejar la realidad universal. Muchas de sus obras se podrían definir como “estructuras sonoras formales” producto de una mímesis con la realidad sensible. En ellas trata de reflejar fenómenos sociales, políticos, filosóficos o naturales.
A menudo Xenakis compone sobre sus experiencias en la guerra civil griega y la Segunda Guerra Mundial. «En mi música se encuentra toda la angustia de mi juventud, de la resistencia, junto a las enormes manifestaciones en las calles y los sonidos mortales de las noches frías de diciembre de 1944 en Atenas», comenta el compositor.
Xenakis trabajó también la integración de música con arquitectura diseñando espacios para obras específicas, como Diatope (1977) y componiendo música para espacios ya existentes como Persépolis (1972).
«Está claro que la música y la arquitectura son ambas artes que no necesitan imitar cosas; son las artes en las cuales la materia y la forma tienen que relacionarse más íntimamente que en cualquier otro lugar.»
Fue también pionero en el uso de ordenador en la composición musical. Fundó en 1966 el CEMAMu (Centro de Estudios de Matemática y Automática Musical) donde desarrolló aplicaciones informáticas como el innovador sistema UPIC, que establecía una relación directa entre notación gráfica (dibujo) y sonido.
Este sistema consistía en una tabla de dibujo digital en la que el usuario podía trazar directamente la forma de onda y realizar un dibujo libre a base de líneas que el ordenador interpretaría sonoramente siguiendo unos parametros determinados.
Además de su interés por las leyes matemáticas y de probabilidad, a Xenakis le interesaban la musicalidad de fenómenos masivos naturales y sociales.
Basándose en las leyes de probabilidad que ocurren en estos fenómenos y aplicándolas a la composición de sus obras, Xenakis inicia la que llamó Música Estocástica.
«Fenómenos masivos naturales como la colisión del granizo o la lluvia sobre superficies duras, o el canto de las cigarras en un campo veraniego. Estos acontecimientos sonoros están constituidos por miles de sonidos aislados; esta multitud de sonidos, vista como una totalidad, es un nuevo acontecimiento sonoro. Este acontecimiento masivo está articulado y forma un molde temporal fexible, que de por sí sigue las leyes aleatorias y estocásticas.»
En muchas de sus obras podemos observar la creación de estos nuevos acontecimientos sonoros a través del uso de instrumentos de percusión de corta duración (cajas chinas, maracas, látigos…). Estos instrumentos usados en gran número forman una masa sonora que puede tener movimiento interno, ya sea a través de desplazamientos espaciales o a través de variaciones en la dinámica, tal y como ocurre en Terretêktorh.