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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Comentario...

Comentario

La orquesta Filarmónica de Viena, dirigida por Gustav Mahler (1935), óleo de Max Oppenheimer. Viena, Oesterreichische Galerie
La canción de la Tierra es un ciclo de seis canciones para contralto, tenor y orquesta, compuesto por Gustav Mahler en 1909, dos años antes de su muerte.

En 1907 tuvo lugar su ruptura con la Ópera de Viena, la muerte de su amada hija María y el diagnóstico de una enfermedad cardiaca que lo llevaría poco después a la muerte. Esta obra inició la fase final en la carrera y la vida de Mahler.

Mahler encontró su sombrío estado de ánimo reflejado en una colección de antiguos poemas chinos recientemente traducidos al alemán, La flauta china, y decidió incluir algunos de ellos en una «sinfonía» de seis canciones, revisando y en ocasiones ampliando él mismo los poemas. De hecho, se perciben ciertos elementos de la música china en el tratamiento de la percusión y en el uso de escalas pentatónicas.

Temiendo componer una novena sinfonía (Beethoven y Bruckner murieron en el transcurso de dicho proyecto), creó este ciclo de canciones, que en la estructura orquestal y en el desarrollo se parecía a sinfonías anteriormente compuestas por él mismo, como la Segunda, la Sexta y la Octava.

Esta obra conmueve por su extrema sensibilidad y la melancolía, típicas de las últimas creaciones de Mahler. En una carta a su amigo Bruno Walter, que estrenó la obra en 1911, Mahler le confiesa que es «lo más personal que hasta entonces había hecho».

En este híbrido de lieder y sinfonía, dos movimientos exteriores de considerable extensión, complejidad y fuerza emocional encuadran cuatro movimientos más ligeros y delicadamente instrumentados, miniaturas melancólicas sobre la belleza y brevedad de la vida. La obra se cierra con un extenso movimiento final, un adiós a la vida en el que se reflexiona resignadamente frente a la muerte.