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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Los antecedentes de la Guerra Civil...

Los antecedentes de la Guerra Civil

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Dos asesinatos que aceleraron la guerra
José del Castillo, teniente instructor de las milicias Obreras de Acción Comunista, fue asesinado por pistoleros de la derecha el 12 de julio de 1936, y sus...
Los resultados de las elecciones de febrero no lograron sosegar la vida política. Durante los meses de abril a junio de 1936, los extremismos de la derecha y de la izquierda se desataron.

La izquierda creó un claro ambiente revolucionario en el que los comunistas ganaban fuerza y afiliados, mientras la UGT y la CNT no daban tregua al gobierno con sus reivindicaciones. Los partidos políticos de izquierda ya no eran capaces de establecer una estrategia política común con la clase obrera, que prefería preparar la revolución social a un apoyo al gobierno, considerado «burgués».

Las fuerzas de la derecha, sobre todo Falange Española y el Bloque Nacional, apelaban, en una postura radical y contrarrevolucionaria, a todos los medios para cortar los avances del marxismo. Dentro de este contexto, un grupo de generales preparaba desde febrero una actuación militar contra el gobierno. Los grupos extremistas de derecha, desde Falange Española (fundada por José Antonio Primo de Rivera en 1933) al Bloque Nacional, confiaban cada vez menos en las tácticas parlamentarias de la CEDA de Gil Robles.

La lucha política en las Cortes llegaba a la calle, a las organizaciones políticas y a los cuarteles. El orden público era alterado por enfrentamientos callejeros, en los que caían asesinados militantes de las distintas tendencias y la oleada de huelgas parecía incontrolada, mientras la revolución campesina procedía a la incautación de tierras. Los asesinatos, incendios de iglesias y escaramuzas públicas convirtieron la violencia en la principal arma política, sin que el gobierno de Casares Quiroga fuera capaz de controlar el orden público. Calvo Sotelo denunciaba al gobierno en las Cortes, mientras él mismo era acusado de provocar con sus protestas una intervención militar. Para prevenir esta posibilidad, el gobierno alejó a los generales sospechosos: Mola fue enviado a Pamplona; Franco, a Canarias; y Goded, a Baleares.

El asesinato (12 de julio) del teniente Castillo, conocido hombre de izquierdas, fue inmediatamente seguido por el de Calvo Sotelo, llevado a cabo por unos guardias de asalto. La muerte del líder de la derecha aceleró la intervención militar, y el 17 de julio de 1936 las tropas del ejército colonial se sublevaron contra el gobierno.