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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Los españoles, imbuidos del espíritu renacentista,...

Los españoles, imbuidos del espíritu renacentista, aceptaron las influencias que seguían llegando de Italia.

Arquitectura: del plateresco al herreriano

La arquitectura evolucionó desde el plateresco a las formas más clasicistas y monumentales del llamado «Renacimiento purista», inspirado en el Cinquecento italiano. Esta tendencia se impuso en los palacios reales de las ciudades de Granada (Pedro Machuca) y Toledo (Covarrubias) y en las catedrales de Granada (Diego de Siloé), Jaén, Guadix y Málaga.

Avanzado el reinado de Felipe II, la progresiva depuración geometrizante de las formas derivó en el estilo herreriano. El monasterio de El Escorial (Juan de Herrera) es el principal exponente.

Escultura y pintura

La escultura desarrolló tanto la modalidad monumentalista, en bronce o mármol y de clasicismo al gusto italiano, como la imaginería en madera policromada, más arraigada en la tradición del país y dotada de una gran expresividad.

En la primera tendencia se inscribe la obra de Bartolomé Ordóñez (sepulcro de Doña Juana y Felipe el Hermoso), y la de los italianos Leone Leoni (estatua de Carlos V, en el Prado) y Pompeo Leoni (grupos funerarios de Carlos V y Felipe II, en El Escorial). La segunda tendencia está representada por Alonso de Berruguete (Retablo de San Benito, en Valladolid) y por Juan de Juni (Santo entierro, en Valladolid; Piedad, en Segovia).

En cuanto a la pintura, en la primera mitad del siglo XVI, la influencia idealizante de Rafael está presente en la obra del valenciano Juan de Juanes (Última Cena). En la segunda mitad de siglo, el extremeño Luis de Morales (Piedad) fundió las enseñanzas de Miguel Ángel y de Leonardo en un estilo dominado por las tensiones espirituales del manierismo, que alcanzó su expresión más genial en la obra de El Greco, a caballo entre los siglos XVI y XVII.

La música

El siglo XVI fue, además, un período de esplendor de la música sacra española. La música se entendía, al igual que la pintura o la escultura, como un instrumento que facilitaba el acercamiento a Dios. Entre los autores de la época sobresalen Cristóbal de Morales (1500-1553), Antonio de Cabezón (1510-1566) y Tomás Luis de Victoria (1548-1611). En la música profana destacaron Juan del Enzina y Luis de Milán.