Compramos energía a futuro

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Cuando yo era pequeña la palabra Damasco me recordaba...

Respuesta:

Damasco.

Cuando yo era pequeña la palabra Damasco me recordaba a las princesas de los cuentos, vestidas con telas adamascadas, y a historias de Las mil y una noches; poco podía imaginarme que pasados los años, aprendería que el famoso albarillo del que sacábamos el hueso para hacer un "güito" también se llamaba Damasco. ¡Ved sino!:

En el atractivo mundo de las frutas hay especies de todas formas, colores y sabores: el damasco o albaricoque es una de las más dulces y carnosas que hay, es parecido al durazno o melocotón, aunque un tanto más pequeño y blando, y es ideal para refrescarse y comer sano entre horas.

El damasco es rico en vitamina C, betacaroteno, hierro, potasio y magnesio. De aquí que se lo considere óptimo para casos de anemia y una alternativa válida para reforzar el sistema inmune, además, puede considerarse una fruta diurética.

Otras propiedades destacadas de esta fruta es que es buena antioxidante y es fuente saludable y nutritiva de energía.

Asimismo, contiene fibra y taninos, por lo que es aconsejable para problemas digestivos. Para casos de estreñimiento o cuando no se es regular con los intestinos, se recomienda el consumo de orejones de damascos.

Lo cierto es que es ésta una fruta muy sabrosa, jugosa e ideal para incorporar nutrientes a nuestra dieta. Se puede consumir fresca y madura, o como orejones -damascos secos-, así también puede encontrarse en forma de jaleas, mermeladas y jugos.

Fuente Vegetomanía