Cuando yo era pequeña la palabra Damasco me recordaba a las princesas de los cuentos, vestidas con telas adamascadas, y a historias de Las mil y una
noches; poco podía imaginarme que pasados los años, aprendería que el famoso albarillo del que sacábamos el hueso para hacer un "güito" también se llamaba Damasco. ¡Ved sino!:
En el atractivo mundo de las
frutas hay especies de todas formas,
colores y sabores: el damasco o albaricoque es una de las más dulces y carnosas que hay, es parecido al durazno
... (ver texto completo)