Desde uno de los remolques de esta "
Plaza Toros" saco el pañuelo blanco, no para pedir la oreja, sino para despedirme de vosotros hasta mañana, que ya es tarde y hay que cenar. Un beso, buenas
noches y hasta mañana si Dios quiere y la burra no se muere, como decimos en Alconchel.