Buenas tardes a todos los alconcheleros que ya han "aterrizado" por Alconchel.
A Eufra7 le digo que dentro de poco, y como tarde mucho en escribir, le voy a quitar el Nº 1 de la lista y me voy a poner de abanderada.
A Rosa le digo que cuando ella vuelva, yo estaré ya, con mis mensaje, por el Cerro Mirabueno... o más lejon aún. Besillos, chicos
A Eufra7 le digo que dentro de poco, y como tarde mucho en escribir, le voy a quitar el Nº 1 de la lista y me voy a poner de abanderada.
A Rosa le digo que cuando ella vuelva, yo estaré ya, con mis mensaje, por el Cerro Mirabueno... o más lejon aún. Besillos, chicos
A estos "chavalines", que alguno de ellos ya es abuelo, les dejo este chiste que acabo de recibir, (gracias Antonia) para ver si alguno toma nota de estos dos abuelitos tan simpáticos... sobre todo la abuela que al parecer es... ¡la leche!
La abuela y el abuelo fueron de visita a casa de su hijo, nuera y nietos y se quedaron a pasar la noche.
Cuando el abuelo se encontró con un frasco de Viagra
en el botiquín de su hijo, le preguntó a éste si podía usar una de las pildoritas.
El hijo le dijo:
"Yo creo que no deberías hacerlo, Papá; son muy fuertes. Y son muy caras."
" ¿Cuánto cuestan?" Preguntó el abuelo.
"20 Eur. por pastilla," le contestó el hijo.
"No importa" -dijo el abuelo,- insisto en que quiero probar. Al irme por la mañana, te dejaré el dinero debajo de la almohada."
Al día siguiente, cerca del mediodía, el hijo encontró 220 Eur. bajo la almohada.
Llamó al abuelo y le dijo,
"Te dije que cada píldora costaba 20 Eur., no 220"
"Te entendí," respondió el abuelo.
" ¡Los 200 Eur. los puso la abuela!"
La abuela y el abuelo fueron de visita a casa de su hijo, nuera y nietos y se quedaron a pasar la noche.
Cuando el abuelo se encontró con un frasco de Viagra
en el botiquín de su hijo, le preguntó a éste si podía usar una de las pildoritas.
El hijo le dijo:
"Yo creo que no deberías hacerlo, Papá; son muy fuertes. Y son muy caras."
" ¿Cuánto cuestan?" Preguntó el abuelo.
"20 Eur. por pastilla," le contestó el hijo.
"No importa" -dijo el abuelo,- insisto en que quiero probar. Al irme por la mañana, te dejaré el dinero debajo de la almohada."
Al día siguiente, cerca del mediodía, el hijo encontró 220 Eur. bajo la almohada.
Llamó al abuelo y le dijo,
"Te dije que cada píldora costaba 20 Eur., no 220"
"Te entendí," respondió el abuelo.
" ¡Los 200 Eur. los puso la abuela!"
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