... PODA DE ROSALES
Se podan al menos una vez al año, ya que las rosas aparecen sobre los brotes del año. Se realiza en marzo, fuera del periodo habitual de heladas. Se puede completar esta poda, haciendo otra en noviembre, en la que se eliminan los restos de madera muerta y las últimas flores marchitas. Se usan tijeras de una mano, y si es un tocón o rama muy gruesa, se puede usar tijeras de dos manos. El corte debe ser a bisel por encima de la yema, la distancia que separa la yema del corte nunca debe ser superior a los 5 centímetros y con la inclinación opuesta a ésta, para evitar que el agua escurra sobre la yema. Si se quiere eliminar totalmente una rama, el corte se hará lo más cerca posible de su inserción, sin dejar tocón ni dañar la rama que la sustenta.
Antes de comenzar a podar, se deben limpiar y afilar bien las herramientas, para evitar la transmisión de enfermedades de una planta a otra. Si durante este proceso el rosal resulta dañado, limpie las heridas con polisulfuro de calcio o vela derretida con el fin de sellar las grietas e impedir la entrada de algún patógeno.
Elimine las ramas secas, dañadas o enfermas y enmarañadas. Para saber si una rama está muerta, la superficie que se ve tras el corte del tallo es de color marrón, si está viva es de color blanco.
Elimine los chupones que brotan del portainjerto, ya que no dan flores o son de tipo silvestre, y consumen agua y nutrientes. Se reconocen porque las hojas son verde claro, son mas pequeñas y el tronco aparece por lo general más espinoso. Eliminarlos desde su inserción.
Elimine las flores marchitas que además de afearlo, consumen energías para formar el nuevo brote. Se deben eliminar cortando por debajo de la segunda hoja a partir de la flor.
También se cortarán aquellos brotes abortados, que son aquellos que crecen pero no dan flor.
Algunas veces hay brotes con tres capullos, para conseguir flores más grandes y mejor formadas hay que eliminar dos de ellos, dejando solo el central...
Se podan al menos una vez al año, ya que las rosas aparecen sobre los brotes del año. Se realiza en marzo, fuera del periodo habitual de heladas. Se puede completar esta poda, haciendo otra en noviembre, en la que se eliminan los restos de madera muerta y las últimas flores marchitas. Se usan tijeras de una mano, y si es un tocón o rama muy gruesa, se puede usar tijeras de dos manos. El corte debe ser a bisel por encima de la yema, la distancia que separa la yema del corte nunca debe ser superior a los 5 centímetros y con la inclinación opuesta a ésta, para evitar que el agua escurra sobre la yema. Si se quiere eliminar totalmente una rama, el corte se hará lo más cerca posible de su inserción, sin dejar tocón ni dañar la rama que la sustenta.
Antes de comenzar a podar, se deben limpiar y afilar bien las herramientas, para evitar la transmisión de enfermedades de una planta a otra. Si durante este proceso el rosal resulta dañado, limpie las heridas con polisulfuro de calcio o vela derretida con el fin de sellar las grietas e impedir la entrada de algún patógeno.
Elimine las ramas secas, dañadas o enfermas y enmarañadas. Para saber si una rama está muerta, la superficie que se ve tras el corte del tallo es de color marrón, si está viva es de color blanco.
Elimine los chupones que brotan del portainjerto, ya que no dan flores o son de tipo silvestre, y consumen agua y nutrientes. Se reconocen porque las hojas son verde claro, son mas pequeñas y el tronco aparece por lo general más espinoso. Eliminarlos desde su inserción.
Elimine las flores marchitas que además de afearlo, consumen energías para formar el nuevo brote. Se deben eliminar cortando por debajo de la segunda hoja a partir de la flor.
También se cortarán aquellos brotes abortados, que son aquellos que crecen pero no dan flor.
Algunas veces hay brotes con tres capullos, para conseguir flores más grandes y mejor formadas hay que eliminar dos de ellos, dejando solo el central...