Aunque no se ve, a la derecha de la foto, estaba la escuela. Pues bien, desde la puerta de la escuela, íbamos las chicas jugando a La Dola hasta la puerta de Don José, y si éramos muchas, dábamos la vuelta a la plaza. Jajajajajja ¡Como los toreros!
Me río porque cuando estábamos en plena faena, si nos veía Don Lino, el maestro de los chicos, se enfadaba mucho con nosotras y decía que aquello era un juego de chicos, así que aunque la faena la hubiésemos hecho bien, no se nos daba ni oreja ni rabo, a lo único que podíamos aspirar era a que nos diese algún capón, aunque que yo recuerde, nunca hizo eso con las chicas. ¡A los chicos sí que les arreaba de vez en cuando, aunque no a todos!
Me río porque cuando estábamos en plena faena, si nos veía Don Lino, el maestro de los chicos, se enfadaba mucho con nosotras y decía que aquello era un juego de chicos, así que aunque la faena la hubiésemos hecho bien, no se nos daba ni oreja ni rabo, a lo único que podíamos aspirar era a que nos diese algún capón, aunque que yo recuerde, nunca hizo eso con las chicas. ¡A los chicos sí que les arreaba de vez en cuando, aunque no a todos!