DIA TRAS DIA
Sin un fondo invisible no hay una forma visible. En la ciudad inmortal,
los mortales perpetúan en una memoria alargada y ajena a los derrumbes, lo
que, a traves del tiempo quebradizo y del laberinto de las pérdidas, es al fin
la ciudad. En esa sucesión de lugares, que despoja a los ojs de la
invención, la trama de la vida resuelve el horizonte. Al transcurso del día,
los habitantes ofrecen su perfil a los emblemas que forjaron sus rostros.
No hay sorpresa ni conquista en el roce de los pasos, y los invisibles
senderos que en la calle dibujan rutas cotidianas, van otorgando el lustre del
olvido a los pies que lo crean. En la`profanación de la mirada, mora la
pequeña lealtad de lo ya visto. La ciudad de este modo se torna alcoba de
ciegos, interna representación del lugar nunca visto. Y los ojos atentos a
la meta poseen cada resquicio del lugar en la misma costumbre de no
mirarlo. Es el candor del beso inmaculado, del no pronunciado amor, de la
exinta pasión por ver de cerca.
Bueno mañana otra pista...
Un saludo
Rosa
Sin un fondo invisible no hay una forma visible. En la ciudad inmortal,
los mortales perpetúan en una memoria alargada y ajena a los derrumbes, lo
que, a traves del tiempo quebradizo y del laberinto de las pérdidas, es al fin
la ciudad. En esa sucesión de lugares, que despoja a los ojs de la
invención, la trama de la vida resuelve el horizonte. Al transcurso del día,
los habitantes ofrecen su perfil a los emblemas que forjaron sus rostros.
No hay sorpresa ni conquista en el roce de los pasos, y los invisibles
senderos que en la calle dibujan rutas cotidianas, van otorgando el lustre del
olvido a los pies que lo crean. En la`profanación de la mirada, mora la
pequeña lealtad de lo ya visto. La ciudad de este modo se torna alcoba de
ciegos, interna representación del lugar nunca visto. Y los ojos atentos a
la meta poseen cada resquicio del lugar en la misma costumbre de no
mirarlo. Es el candor del beso inmaculado, del no pronunciado amor, de la
exinta pasión por ver de cerca.
Bueno mañana otra pista...
Un saludo
Rosa