Esta poesía es una de las que las chicas recitábamos a la Virgen de la Cuesta en el mes de Mayo, mes de Las Flores. Doña María las sacaba de un librito y a cada una de nosotras le "adjudicaba" una, según su edad. Esta, la recitó mi hermana María Jesús, y gracias a su buena memoria, y a mi tesón por recopilar cosas de mi infancia puedo escribirla hoy aquí. Gracias Hermana. TE QUIERO HERMANA.
Virgen, con amarga pena,
míranos hoy acudir
con las flores más hermosas
que ha producido el jardín
y que nos parecen tristes,
tristes de tanto sufrir.
Ay, las flores y tus niñas
nos despedimos de Ti.
De Ti dulce madre nuestra
soberana emperatriz,
estrella de la mañana
de nuestro eterno vivir.
Quan triste es la despedida
tristes quedamos sin ti.
Adios. Se niega la lengua
este adios a proferir.
Adios cánticos y flores,
adios capilla gentil.
Adios.., pero no, que estamos,
Virgen, más cerca de ti.
Con las flores que cogimos
cortadas en el pensil
fabricamos escaleras
donde pudieron subir
nuestros tiernos corazones
hasta el trono de marfil
donde reinas Madre mía
y te adora el Serafín.
Los días de mayo,
el mes más feliz, huyeron
y esta es la hora
que el labio ha de proferir
los adioses más amargos
que podemos darte a Ti.
No te decimos adios
que el amor logró fundir
nuestro corazón al tuyo.
¡Váyase mayo feliz!
Con sus cantos y sus luces,
¡Váyanse sus flores mil!
Nosotras te prometemos
trocar en mayo el vivir
y celebrar en la gloria
un mayo eterno y sin fin.
¡VIVA LA VIRGEN DE LA CUESTA! ¡VIVA!
Virgen, con amarga pena,
míranos hoy acudir
con las flores más hermosas
que ha producido el jardín
y que nos parecen tristes,
tristes de tanto sufrir.
Ay, las flores y tus niñas
nos despedimos de Ti.
De Ti dulce madre nuestra
soberana emperatriz,
estrella de la mañana
de nuestro eterno vivir.
Quan triste es la despedida
tristes quedamos sin ti.
Adios. Se niega la lengua
este adios a proferir.
Adios cánticos y flores,
adios capilla gentil.
Adios.., pero no, que estamos,
Virgen, más cerca de ti.
Con las flores que cogimos
cortadas en el pensil
fabricamos escaleras
donde pudieron subir
nuestros tiernos corazones
hasta el trono de marfil
donde reinas Madre mía
y te adora el Serafín.
Los días de mayo,
el mes más feliz, huyeron
y esta es la hora
que el labio ha de proferir
los adioses más amargos
que podemos darte a Ti.
No te decimos adios
que el amor logró fundir
nuestro corazón al tuyo.
¡Váyase mayo feliz!
Con sus cantos y sus luces,
¡Váyanse sus flores mil!
Nosotras te prometemos
trocar en mayo el vivir
y celebrar en la gloria
un mayo eterno y sin fin.
¡VIVA LA VIRGEN DE LA CUESTA! ¡VIVA!