La esparraguera, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

(17 de Julio de 2014)
Y con esto se terminó la pesadilla del hilado.
– Jamás mi linda esposa tocará una rueca.
Asustado, exclamó el hijo de la Reina:
– De tanto torcer el hilo -replicó ella-, de tanto torcer el hilo.
¿Y cómo tenéis este pulgar tan achatado?