Ha caído una buena escarcha, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

Foto de Pepa CC

Helada

La helada es un fenómeno meteorológico que consiste en un descenso de la temperatura ambiente a niveles inferiores al punto de congelación del agua y hace que el agua o el vapor que está en el aire se congele depositándose en forma de hielo en las superficies. Más precisamente, la Organización Meteorológica Mundial habla de helada en el suelo, en referencia a diversos tipos de cobertura de hielo sobre el suelo, producidas por la deposición directa del vapor de agua

Helada blanca

Se denomina helada blanca o escarcha a la capa de hielo cristalino que se forma, en forma de escamas, agujas, plumas o abanicos, sobre superficies expuestas a la intemperie que se han enfriado lo suficiente como para provocar la deposición directa del vapor de agua contenido en el aire.​ Así pues, se trata de una forma de condensación (como el rocío) y no de precipitación.

La primera condición es que las superficies tengan una temperatura por debajo de 0 °C; otra condición para que la escarcha se produzca es que la humedad relativa del aire sea superior al 60 %, de lo contrario no habrá suficiente vapor de agua en la atmósfera para depositarse en las superficies. La última condición para que esto se produzca es que el viento no sea intenso, de lo contrario, el vapor de agua no podrá depositarse.

La vegetación puede no necesariamente dañarse en una noche en que las hojas se expongan a condiciones de congelación. Las hojas de las plantas forman una capa de estado líquido muy frío, asegurando temperaturas de −4 °C a −12 °C. Sin embargo, una vez que la escarcha se forma, las células vegetales de la superficie de la hoja pueden afectarse ante cristales de hielo filoso. Ciertas bacterias son particularmente efectivas ante la formación de escarcha.

Las plantas anuales, como los tomates, morirán una vez que sucumban a la primera helada de todo el año. Las plantas caducifolias morirán también, pero volverán a brotar una vez que llegue la primavera. Finalmente, las plantas perennes, como las coníferas, permanecerán verdes todo el año, aunque su crecimiento es mayor en temporadas libres de escarcha.

Las diferencias en el clima pueden influir fuertemente en el daño que la escarcha le haga a la planta. Por ejemplo, una planta como el romero siempre morirá estando a la intemperie en áreas más frías, mientras que en lugares templados cálidos puede fácilmente sobrevivir.

Dado el estado de floración de la planta se impone introducir una buena poda, o conviene que el agricultor practique dentro de cuatro a ocho días y no postergarla más allá de veinte, de modo que se desarrollen las yemas latentes que existan en los brazos y los troncos, esta labor debe ser ayudada por el riego inmediato y trabajos superficiales que al mantener mullido el terreno impidan la pérdida de humedad, el desarrollo de malas hierbas y la producción de costra. Además la aplicación de nitratos reforman el sistema vegetativo tan dañado. Conviene también la aplicación de caloríficos distribuidos en forma adecuada alimentados con petróleos, aplicados con frecuencia en la región.
(26 de Diciembre de 2023)