Paseo por el monte, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

(9 de Enero de 2017)
Fuente: Web de recursos de Asia: www. casaasia. es
Desde entonces el koala ya no bebe nunca agua como los otros animales, y se pasa los días y las noches subido a los árboles. La vida del emú también cambió pues desde entonces, no ha dejado de correr agitando sus alas cada vez más pequeñas, intentando sin éxito, volver a volar como lo hacía en aquél “Tiempo de los sueños”.
Ni cuando la sed le asaltaba cedió en su empeño, pues descubrió que en las hojas verdes se escondía un poco de agua, quizás menos de la que cabía en una sola gota, pero suficiente para poder sobrevivir.
Cuando se volvió hacia el koala que contemplaba la escena, el emú tenía un gesto tan aterrador que el pobre koala se encaramó de un salto al árbol más cercano. Una vez allí decidió que jamás volvería a poner un pie en el suelo, temiendo que el emú la emprendiera con él.
Tanto llegó a crecer su cuerpo orgulloso que cuando quiso pavonearse levantando el vuelo, el peso de su enorme cuerpo no le dejó volver a volar. Furioso y asustado, el emú empezó a correr arriba y abajo, estirando el cuello tanto como le era posible hacia el cielo, intentando tirar de él sin ningún resultado.