Va a dar comienzo la carrera, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

Como se puede observar, cada galgo está sujeto por su dueño, a la espera de que se de la señal de salida.

El mestizaje con el Galgo Inglés para conseguir animales más rápidos en carreras se ha detenido y erradicado por varios motivos: Por una parte, esta actividad cinegética evoluciona a pasos agigantados para convertirse en un verdadero deporte, donde el hecho de matar la liebre es secundario en favor de la belleza de la carrera. El galgo híbrido pierde gran parte de dicha belleza, por lo que se valora cada vez más la pureza del Galgo Español.

Por otro lado, el hecho de que a la liebre se la proteja más que nunca contra las escopetas y que cada vez sea más fuerte por selección natural (ha ido perdiendo sus zonas naturales de refugio por el aumento de terrenos roturados y caminos de concentración), hace necesaria su caza con galgos de mayor dureza.
De hecho, las circunstancias particulares dentro de la geografía tienen incidencia, y nunca un galgo que lleva corriendo generaciones en Andalucía tendrá las mismas características que otro que de igual forma lleva corriendo otras tantas generaciones en Castilla.
(6 de Mayo de 2017)
Va a dar comienzo la carrera

Como se puede observar, cada galgo está sujeto por su dueño, a la espera de que se de la señal de salida.

El mestizaje con el Galgo Inglés para conseguir animales más rápidos en carreras se ha detenido y erradicado por varios motivos: Por una parte, esta actividad cinegética evoluciona a pasos agigantados para convertirse en un verdadero deporte, donde el hecho de matar la liebre es secundario en favor de la belleza de la carrera. El galgo híbrido pierde gran parte...
Cuando el pueblo alababa el arte de su rey para gobernar y su gran generosidad el respondía:
Es gracias a haber vivido y sufrido con el pueblo por lo que hoy puedo ser un buen rey.
El príncipe había sufrido demasiado y sabía perdonar. El usurpador no recibió más castigo que el de trabajar a diario.
Comprendió entonces que la persona que ocupaba el trono no era el verdadero rey y, con su autoridad, ciño la corona en las sienes de su autentico dueño.
El general, desorientado, siguió no obstante los consejos del soldadito y pudo poner en fuga al enemigo. Luego fue en busca del muchacho, que curaba junto al arroyo una herida que había recibido en el hombro. Junto al cuello se destacaban tres rayitas rojas.
- ¡Es la señal que vi en el príncipe recién nacido! -exclamó el general.