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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Ramillete azul de flores
Foto enviada por cuenka

Su madre traía en la bandeja un diminuto bocadillo de Nocilla y un vasito de leche para que no le quitara el hambre. Se lo comió en tres bocados.
De eso nada– contestó su madre levantándose de un salto–. Quédate aquí con tu tía y tu prima mientras yo te lo preparo, no sea que te vayas a cortar un dedo y tengamos que salir corriendo a urgencias.
Mamá, voy a la cocina a hacerme un bocadillo de Nocilla– le dijo a su madre.
Antes de llamar al timbre su madre abrió la puerta con cara de muy pocos amigos. Tenían visita. La tía Noris había venido con su prima Manuela.
Dos horas después las tripas le rugían. Tenía hambre. ¿Se le habría pasado el cabreo a su madre?
¿Qué haces aquí, mocoso? ¿Lo sabe mamá?– y salió por la puerta riéndose de él con esa risa de morsa que tanto odiaba. Iba acompañada por la otra morsa, su amiguísima Claudia.
Cuando llegó a los recreativos dejó la bici apoyada en la pared, rebuscó en los bolsillos y con gran alegría comprobó que tenía cuatro euros. Al entrar, se dio de bruces con su hermana.
¡Aaaaaahhhh! Pablo había dejado el pañal en el suelo, su madre lo había pisado resbalándose con él. El pañal salió disparado hacia el techo y allí se quedó justo unos segundos antes de caer en la cara de su madre. Dejó a su hermanita dentro del fregadero y salió corriendo por la puerta principal, cogió la bicicleta y dio pedales como alma que lleva el diablo.
¡Por el amor de Dios! ¿Pero Pablo que estás haciendo? Yo te mato, yo te mato, suelta a tu hermana inmediatamente y vete..
Sin soltar a la niña, se acercó al fregadero y cogió el estropajo y el lavavajillas que utilizaba su madre para limpiar los platos. Echó un buen chorro del limpiador en el culito de Emma y retiró la caca con gran esmero. Se había quedado llena de espuma. ¿Cómo la aclararía? La volvió a coger de debajo de los bracitos, la metió en el fregadero y dio al grifo. En ese momento la niña se puso a llorar como si estuviera loca, gritaba sin parar y por más que le pedía que se callase ella seguía berreando y berreando. Si su madre venía y le veía con la niña en brazos, el castigo sería mayúsculo. “Ya voy, cariño; cálmate, nena, ahora mismo te da mamá el yogurt de fre… ... (ver texto completo)
Emma había sido la última incorporación de la familia. Era una niña rubia, regordeta y acababa de cumplir nueve meses. Era raro que su madre le hubiera pedido que vigilase a Emma. Habían creado una barrera invisible alrededor de ella para que no se acercase. De repente Pablo empezó a notar un olor extraño. Se dejó llevar por su olfato y no tardó en darse cuenta que su hermanita se había cagado. Así que, ni corto ni perezoso, despejó la mesa de la cocina, cogió a la niña por debajo de los brazos y ... (ver texto completo)
Pablo, ve a lavarte las manos y ven a la cocina. Le estoy dando de comer a la niña y necesito que la vigiles un instante mientras bajo a la despensa a por los yogures de tu hermana –le ordenó su madre.
Fue al garaje y cogió uno de los balones de Enzo. Votó varias veces el balón y lo lanzó con todas sus fuerzas a la canasta. ¡Crash! La moto de Enzo estaba tirada en el suelo y no tenía buen aspecto. Escondió la pelota y entró por la puerta del jardín, vigilando que no le viera su madre.
¡Pablo, por el amor de Dios, sal fuera a jugar o juro que te estrangulo!
Mamá, me aburro. Mamá, me aburro. Mamá, me a…