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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

El Barrio Abajo
Foto enviada por eufra7dos@hotmail.com

— ¡Entonces, soplaré y soplaré hasta derribar tu casa!
—chilló el segundo cerdito, y echó el cerrojo a la puerta de estacas.
—No, no, ¡ni hablar!
—Cerditos, cerditos, por favor, dejadme entrar —dijo el lobo a través del buzón, pensando en el jugoso pedazo de tocino que se merendaría.
El lobo le siguió jadeando y llegó a la puerta de la casa de estacas.
Y eso fue exactamente lo que hizo La casita de paja voló por los aires como si se tratara de un frágil pajar, y el primer cerdito fue corriendo V chillando a casa del segundo cerdito.
—gruñó el lobo.
—dijo el primer cerdito, echando el cerrojo a la puerta de paja.
—Cerdito, cerdito, por favor, déjame entrar -dijo un gran lobo negro, que pensaba comerse unas ricas chuletas de cerdo para almorzar.
Un día, al poco de haber terminado el primer cerdito su casa de paja, llamaron a la puerta.
El primer cerdito se construyó una casa de paja. El segundo, una casa de estacas. Y el tercero, una casa de piedra. Le llevó mucho más tiempo construirla que a sus hermanos, pero era más acogedora y confortable.
— ¡Yo también! —dijo el tercero.
— ¡Yo también! —dijo el segundo.
—Yo me construiré una casa para mí solo —dijo el primer cerdito.
-exclamó un día su madre— ¡Debéis marcharos y abriros camino en la vida por vuestros propios medios!