Palitroque
Era una mañana de otoño; en el bosque embrollado amanecía. Los tejones bostezaban y se desperezaban. Las ardillas saltaban de aquí para allá, buscando nueces. La voz aguda de la abuela Sarmiento sacudió las hojas del viejo roble:
- ¡Palitroque! ¡Palitroque! ¿Estás despierto? Tienes que traerme algunas setas.
Era una mañana de otoño; en el bosque embrollado amanecía. Los tejones bostezaban y se desperezaban. Las ardillas saltaban de aquí para allá, buscando nueces. La voz aguda de la abuela Sarmiento sacudió las hojas del viejo roble:
- ¡Palitroque! ¡Palitroque! ¿Estás despierto? Tienes que traerme algunas setas.
