Compramos energía a futuro

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

principios de los cincuenta
Foto enviada por Milagros

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En el caso de los mayores, nuestro máximo placer de compartir, creo que está mientras hacemos el quehacer de la casa, mientras vamos recordando todo lo que observamos cada día. No únicamente se agudiza de esta manera el poder de observación sino que se llega a descubrir que incluso nuestros días "malos" tienen algunos mementos espléndidos...
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Ayudemos a los chicos a descubrir cosas por sí mismos.
Una vez, estando de excursión en la montaña, uno de los niños, al observar un arbusto que crecía al lado del río, preguntó por qué tenía espinas aquella planta.
- ¿No se te ocurre una explicación? -preguntó la maestra.
No tardaron los chicos en arremolinarse e intercambiar preguntas y respuestas, con un entusiasmo que rara vez exteriorizaban en las aulas. Por fin, una niña soltó una risita y dijo:
- ¡Me figuro que sera´n perchas donde ... (ver texto completo)
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Démonos tiempo para perseguir "arco iris".

Pues sí, deberíamos sacar tiempo para, en mi caso, mientras la comida está cocinándose en el horno, sacar a mi nieto, que ya a comenzado a dar sus primeros pasos, a dar la vuelta a la manzana, donde a la mitad de ella tenemos un parque. Me lo voy a plantear seriamente, porque en unos cuantos minutos podría dejarle de que huela algunas flores, o llamar su atención para que observe el cielo o las palomas...
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En el caso de los mayores, nuestro máximo placer de compartir, creo que está mientras hacemos el quehacer de la casa, mientras vamos recordando todo lo que observamos cada día. No únicamente se agudiza de esta manera el poder de observación sino que se llega a descubrir que incluso nuestros días "malos" tienen algunos mementos espléndidos...
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Aun el centro amarillo de una margarita común está lleno de centenares de estrellitas amarillas. Ahora comprendemos lo que el poeta Walt Whitman quiso decir al escribir: "No conozco sino milagros"...
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Démonos tiempo para perseguir "arco iris".

Pues sí, deberíamos sacar tiempo para, en mi caso, mientras la comida está cocinándose en el horno, sacar a mi nieto, que ya a comenzado a dar sus primeros pasos, a dar la vuelta a la manzana, donde a la mitad de ella tenemos un parque. Me lo voy a plantear seriamente, porque en unos cuantos minutos podría dejarle de que huela algunas flores, o llamar su atención para que observe el cielo o las palomas...
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-Aquellos cristales de aumento, abrieron para nosotros un mundo nuevo - comentaba la señora-. Veíamos cambiar las estaciones; nos maravillaban las exquisitas formas de los copos de nieve, la pluma de un pájaro, el ala de una mariposa. Los niños y yo -continuaba diciendo-, descubríamos hierbas exóticas, así como flores...
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Aun el centro amarillo de una margarita común está lleno de centenares de estrellitas amarillas. Ahora comprendemos lo que el poeta Walt Whitman quiso decir al escribir: "No conozco sino milagros"...
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Es bueno compartir la capacidad de asombro.
Si se les da la oportunidad, los niños tienden a compartir gustososlos intereses de sus padres. Conzco una señora que arregló una parcelita de un metro cuadrado en el patio trasero de su casa. Compró para ella y para sus dos hijos tres potentes cristales de aumento y, juntos, madre e hijos, escudriñaban su territorio todos los días...
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-Aquellos cristales de aumento, abrieron para nosotros un mundo nuevo - comentaba la señora-. Veíamos cambiar las estaciones; nos maravillaban las exquisitas formas de los copos de nieve, la pluma de un pájaro, el ala de una mariposa. Los niños y yo -continuaba diciendo-, descubríamos hierbas exóticas, así como flores...
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A la maestra no le asombró enterarse de que la jovencita era estudiante aplicada y la primera en ciencias naturales de su clase. La vida de aquella niña y la del muchachito que se parab delante del horno seguro que transcurrirán sus vidas desbordantesde espléndidasnovedades, siempre en espera de exploración...
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Es bueno compartir la capacidad de asombro.
Si se les da la oportunidad, los niños tienden a compartir gustososlos intereses de sus padres. Conzco una señora que arregló una parcelita de un metro cuadrado en el patio trasero de su casa. Compró para ella y para sus dos hijos tres potentes cristales de aumento y, juntos, madre e hijos, escudriñaban su territorio todos los días...
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Poco después, esta maestra comentaba con la madre.
-Debe usted de estar interesadísima en las piedras.
-Es mi hija quien se interesa por ellas- contestó la señora-. Por ahora, le atraen las piedras. El mes que viene, quizá sean las conchas, o tal vez las flores silvestres. Necesita alguien que la escuche...
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A la maestra no le asombró enterarse de que la jovencita era estudiante aplicada y la primera en ciencias naturales de su clase. La vida de aquella niña y la del muchachito que se parab delante del horno seguro que transcurrirán sus vidas desbordantesde espléndidasnovedades, siempre en espera de exploración...
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Una maestra me explicaba que, un día en la playa, observó a una niña de unos 10 o 12 años que a la orilla del agua se entretenía en escoger piedrecitas para llevárselas a su madre. Sentadas una al lado de la otra, muy juntas las cabezas, allí estaban, mientras la niña, feliz, trataba de identificar sus tesoros...
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Poco después, esta maestra comentaba con la madre.
-Debe usted de estar interesadísima en las piedras.
-Es mi hija quien se interesa por ellas- contestó la señora-. Por ahora, le atraen las piedras. El mes que viene, quizá sean las conchas, o tal vez las flores silvestres. Necesita alguien que la escuche...
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Respetemos el entusiasmo de los niños.
Para los niños hay algo inolvidable en esos momentos en que su padre, su madre o uno de sus abuelos, comparte lo que él ha descubierto. Ya hace algunos años, una madre se paró con su hijo delante del horno de Pina. Una vecina del pueblo la vió y le preguntó si estaba esperando a que abrieran el horno.
La madre le dijo que no. Que no estaba esperando a que abriesen el horno, que simplemente, su hijo le había hecho ir hasta allí para que ella pudiese comprobar ... (ver texto completo)
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Una maestra me explicaba que, un día en la playa, observó a una niña de unos 10 o 12 años que a la orilla del agua se entretenía en escoger piedrecitas para llevárselas a su madre. Sentadas una al lado de la otra, muy juntas las cabezas, allí estaban, mientras la niña, feliz, trataba de identificar sus tesoros...
¿Cómo pueden los padres de familia ayudar a sus hijos a apreciar el misterio y la atracción del mundo? Quizá sirvan para ello las sugerencias siguientes, aunque lo que soy yo, como no las utilice con mi nieto, con mis hijos, ya es difícil de que pueda utilizarlas...
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Respetemos el entusiasmo de los niños.
Para los niños hay algo inolvidable en esos momentos en que su padre, su madre o uno de sus abuelos, comparte lo que él ha descubierto. Ya hace algunos años, una madre se paró con su hijo delante del horno de Pina. Una vecina del pueblo la vió y le preguntó si estaba esperando a que abrieran el horno.
La madre le dijo que no. Que no estaba esperando a que abriesen el horno, que simplemente, su hijo le había hecho ir hasta allí para que ella pudiese comprobar ... (ver texto completo)
¿Cómo pueden los padres de familia ayudar a sus hijos a apreciar el misterio y la atracción del mundo? Quizá sirvan para ello las sugerencias siguientes, aunque lo que soy yo, como no las utilice con mi nieto, con mis hijos, ya es difícil de que pueda utilizarlas...
LA MAMÁ OSA A PAPÁ OSO: "Tú lo llamarás invernar, pero para mí eso es pura pereza".
NO ES FÁCIL atacar mis problemas uno a la vez, cuando se niegan a ponersen en fila.
NUNCA DIGA a un cleptómano que tome las cosas con calma.
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-Y tiene a sus pies un pájaro muerto -prosiguió el alcalde-. Realmente habrá que promulgar un bando prohibiendo a los pájaros que mueran aquí.

Y el secretario del Ayuntamiento tomó nota para aquella idea.

Entonces fue derribada la estatua del Príncipe Feliz.

- ¡Al no ser ya bello, de nada sirve! -dijo el profesor de estética de la Universidad.

Entonces fundieron la estatua en un horno y el alcalde reunió al Concejo en sesión para decidir lo que debía hacerse con el metal. ... (ver texto completo)
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- ¡Qué cosa más rara! -dijo el oficial primero de la fundición-. Este corazón de plomo no quiere fundirse en el horno; habrá que tirarlo como desecho.

Los fundidores lo arrojaron al montón de basura en que yacía la golondrina muerta.

-Tráeme las dos cosas más preciosas de la ciudad -dijo Dios a uno de sus ángeles.

Y el ángel se llevó el corazón de plomo y el pájaro muerto.

-Has elegido bien -dijo Dios-. En mi jardín del Paraíso este pajarillo cantará eternamente, y en mi ciudad de ... (ver texto completo)