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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

El mejor perfil de Paul
Foto enviada por cuenka

RENACER

Volver cada mañana
en el canto de las ánimas
en el latido de la savia
en la resurrección de los dioses
en la heredad de los nuestros.

Revertir el silencio
para amasar el pan de la esperanza ... (ver texto completo)
Querida Clara: soy Esther, nuevamente. Estamos muy felices. ¡Nuestro querido Papá Noel ya se encuentra repuesto! Mandó decirte que tu pedido está completo y embarcado. Esperamos que seas muy feliz con esas cosas tan bellas que pediste. Has de ser una niña muy especial para haber hecho una solicitud tan hermosa. Te ruego que sepas disculpar los inconvenientes que ya superamos.
Un afectuoso abrazo
Esther Noel

Querido Papá Noel, y tu secretaria y la secretaria de tu secretaria y el reno con diarrea: ... (ver texto completo)
Queridos Esther, Papá Noel, el Reno o la rueda del trineo, o quien quiera que sea que lea esta carta y me la conteste: ¡Ni me acuerdo si eran diferentes las dos cartas! Traigan todo y listo, qué sé yo. O las mismas cosas que pido en las dos. Lo que más me importa es el disfraz de médica de verdad, blanco, y la Barbie de casamiento. Ah, y la estrellita, el acordeón, la planta de naranjas y libros.
Pónganse las pilas.
Clara

Querida Clara: soy la secretaria personal de Esther Noel. Ella me pide ... (ver texto completo)
Papá Noel: ¿qué les pasa ahí? Te había pedido un disfraz de doctora verde, el disfraz, no la doctora; pero después te dije mejor blanco y de una de verdad. Después también te pedía estrellitas y algún juguete de las chicas súper poderosas, lápices de muchos colores, pero blancos no, una vaca, abejas, un abanico, una bicicleta. No me acuerdo del todo, porque la carta se las mandé y era larga ¡y ustedes la perdieron! ¿No la pueden buscar mejor? Me acuerdo de la Barbie para casamiento y un árbol con ... (ver texto completo)
Querido Papá Noel: nada que ver. Tenés que leer bien las cartas. Lo del hockey con patines es algo que hice, mi pedido era lo otro. Y de paso quiero cambiar el disfraz de doctora verde. Que sea uno de verdad, blanco. La piedra no, porque ayer encontré una. Mejor traeme más estrellitas.
Te mando otro beso, Chau
Clara.

Querida Clara: te pido disculpas por la confusión, y te agradeceré que repitas el pedido porque las cartas que contesto se archivan en otra parte y no la tengo a mano. Espero que ... (ver texto completo)
Cartas a Papá Noel
Del libro “Nadie te creería“ de Luis Pescetti / Ilustración de Okif/MG

Querido Papá Noel:
Te quiero mucho. Hoy fuimos a la playa y tomamos un helado. Tengo seis años. En patín jugué al jockey y ningún día lo había jugado con palo para que no nos lastimáramos. Ahora patino bien y el 7 de diciembre va a haber una clase para que los padres vean que no nos lastimamos, pero vos no podés venir porque sos papá pero Noel, que es distinto. Pero a lo mejor si querés vení lo mismo total ... (ver texto completo)
LAS DOS PLANTAS

Dos plantas nacieron de dos semillas iguales, a pocos metros de distancia una de la otra.
Una brotó a la orilla del camino. A veces estaba llena de polvo; otras veces estaba cubierta de barro. En verano la quemaba el sol. En las noches de invierno estaba helada de frío, azotada por la lluvia, batida por el viento.

Sin embargo, creció verde vivaz y lozana.

La otra planta creció al amparo de un techito que allí estaba, al pie de una pared. Así que no tuvo que luchar contra ... (ver texto completo)
- ¿Qué Riqui?
Me quedé fría, según ella, allí no vivía ningún Riqui.
Ningún Riqui. Ningún Riqui, en la vereda de enfrente, ni en la otra, ni en la manzana. Ningún Riqui. Así, que empecé a preguntar por él a los chicos del barrio.
- ¡Dale, tarada, ¿qué Riqui?
¿Cómo que Riqui? El, Riqui, mi amigo.
Ahora, que todo el mundo me mira desesperado, sé que si hablo, va a ser para peor. Mejor me callo, y en cuanto pueda, voy a buscarlo a casa de la chica nueva, ella seguro que sabe.
Pero, ahora, no ... (ver texto completo)
- ¿No habrás estado soñando? -le pregunté al final.
Él, Riqui, no sé si me escuchó porque se quedó callado, pensando..., me dio lástima. Tan lindo que era y tan triste que parecía...
-Los huesos le crujen cuando se mueve. ¡Te lo juro!
Mientras hablaba, ponía unos ojos que me hacían acordar a los de la gente esa que sale en las estampitas.
-Mirá que nadie lo sabe. Solamente vos.
Solamente yo. Y se fue y no volvió.
Ahora que todos dicen que me pasa esto o lo otro y que el médico de aquí o los ... (ver texto completo)
Esa vez, Riqui ni los miró ni nada. Caminaba con las manos en los bolsillos y la cabeza baja, ¿en qué pensaría?
-Tengo miedo -dijo de golpe.
Le pregunté de qué, pero él, Riqui, no me contestó. Sonrió un poquito triste sin dejar de caminar y se fue.
Ahora, pienso que si en lugar de quedarme callada la boca, hubiera hablado, tal vez, no andarían todos así como andan, desesperados y yo no tendría que callarme lo que sé. Después, pasó un tiempo largo y no nos vimos. Hasta que una mañana, me lo encontré en la panadería. Casi no lo reconocí. Tenía los ojos hundidos, la ropa le bailaba de grande.
- ¿Estás enfermo? -le dije cuando salimos.
Él, Riqui, se puso mal, le empezó a temblar la boca y se tapó la cara con las manos. Esa vez, sí que me olvidé del enojo y seguí a su lado hasta que se tranquilizó.
-Me persigue un fantasma -dijo, y yo le solté la carcajada en la cara. Estaba segura de que me había tomado por idiota.
-Me persigue un fantasma, te digo -repitió.
Como insistía, le pedí que me acompañara a casa y que me contara. Él, Riqui, empezó a hablar.
-En cuanto me quedo solo, aparece. ¿Sabés qué horrible?
Ahora, no me acuerdo de todo lo que me contó, pero fueron cosas raras, muy raras. Entre otras cosas, dijo que veía unos pies calzados con zapatos negros que flotaban en el aire y que oía una voz que lo llamaba y le avisaba que se lo iba a llevar. ... (ver texto completo)
MEJOR ME CALLO

Le contesté que no podía creer lo que me decía, que se dejara de hablar pavadas. Pero él siguió y siguió con el cuento ese del fantasma.
Ahora que todo el mundo está desesperado, no me animo a decirles lo que sé. ¿Qué van a pensar? Mejor me callo.
El, Riqui, que era mi amigo, venía todas las tardes a buscarme para andar en bici. Casi siempre, los chicos del barrio al vernos, nos decían gansadas.
- ¡Estás rebuena!
- ¡Genia!
Algunos hasta se zarpaban. Yo ni movía la cabeza; pero ... (ver texto completo)
Por el mundo
Texto: Vilma Novick Freyre
Ilustró: Eva Visanov

El caracol Tito Chávez
una tarde en pleno enero
despidió a sus familiares
y se fue de mochilero.
Quiere recorrer el mundo
sin apuros ni equipajes.
Ser el dueño de su tiempo
y un cazador de paisajes.

Manda fotos y postales
de los lugares recorridos,
desde las grandes capitales
al pueblo más escondido.

Anduvo ya por la China,
por la India, por el Japón
y en Europa ha visitado
hasta el último rincón.

Lleva su casa a cuestas
por los cinco continentes
y en una libreta anota
las costumbres de su gente.
Ha paseado de norte a sur
por la tierra americana
y en un barco militar
llegó a la costa africana.

Ahora se está preparando
para recorrer Oceanía
y ha dicho que a los Polos
se animará cualquier día.

Por kilómetros recorridos
batirá el Record de Viajero
nuestro amigo, Tito Chávez,
el Caracol Mochilero. ... (ver texto completo)
El viajero que venía siguiendo el rastro del emperador, logró alcanzarlos en medio de la noche, guiado por las palabras de los aldeanos. Aguardó con prudencia el momento para aparecer frente a ellos, esperó también a que tomaran un poco de agua del pozo y descansaran.

El servidor del emperador tapó su cara, se acercó hasta la piedra donde estaban sentados y les ofreció un poco de pan, el cual recibieron muy agradecidos.

— ¿Quién eres tú y por qué nos ofreces pan? —preguntó el emperador. Supongo ... (ver texto completo)
Entre tanto, el extraño hombre que había pasado por aquel lugar días antes, recordó por fin la imagen de su señor y supo que la mirada que tanto lo inquietaba era la suya, así que decidió volver a la aldea en su búsqueda. Este hombre había sido siempre su servidor y más que eso, un amigo fiel del emperador, pero él no lo sabía.

El servidor empacó sus maletas y sin decir nada a nadie, reinició su viaje. Tuvo que caminar mucho para llegar nuevamente a la aldea, pero cuán grande fue su sorpresa, ... (ver texto completo)
Esa misma noche los dos jóvenes se casaron y el emperador, reveló por primera vez, su nombre. Después de la íntima ceremonia, el recién casado se tumbó en una estera, se pintó la cara y tomó unas hierbas que lo hicieron sudar. Así que los visitantes tenían que resignarse con las atenciones de la anciana después de escuchar la historia de la enfermedad que aquejaba al sanador o como algunos lo llamaban.

Muchos incrédulos quisieron ver al curandero y al verlo tan mal, lo contaron a todos los aldeanos ... (ver texto completo)