Formación sacerdotal
Preocupado por sus escasos recursos económicos que le imposibilitaban seguir la formación sacerdotal, Juan decidió ingresar en los franciscanos el 18 de abril de 1834. Su decisión cambió radicalmente debido a un sueño en donde veía frailes que lo desaconsejaban. Con la orientación del padre José Cafasso y la ayuda del padre Cinzano, Juan ingresó en el Seminario diocesano de Turín —abierto en Chieri pocos años antes— el 30 de octubre de 1835, a los veinte años de edad. Allí realizó estudios de filosofía y teología.
En el siglo XIX, la Iglesia católica europea estuvo fuertemente influenciada por un movimiento espiritual y teológico conocido como el jansenismo, fundado en el siglo XVII por el obispo Cornelio Jansen (1585 - 1638) que propugnaba un fuerte rigorismo moral basado en una interpretación literal de los textos de Agustín de Hipona. La ascética era la base de su espiritualidad que los alejaba de los sacramentos, especialmente de la eucaristía, mientras promovían una severidad moral extrema e inflexible, que alimentaba un «síndrome de culpabilidad», con su característica angustia por el «miedo al pecado y a la condenación». Cuando Juan ingresó al Seminario de Chieri, esta posición teológica estaba en su apogeo en el Piamonte y al mismo tiempo era objeto de combate por notables personajes como el padre Cafasso, quien fue confesor de don Bosco y por parte de los jesuitas, los que lograron que la Iglesia condenara dicha tendencia teológica.
Si bien el joven Juan Bosco sufrió el rigor del jansenismo en su formación sacerdotal en Chieri al someterse él mismo a penitencias extremas, ascetismo, la abstención de practicar deporte y la elección limitada de amigos, la búsqueda diaria de la comunión desaconsejada por dicha corriente (sacrificaba el desayuno por ir a comulgar a la Iglesia de San Felipe) es visto como una muestra de que el joven seminarista tenía otra percepción de la Gracia en ámbito teológico católico. Una prueba de ello, expuesta por sus biógrafos, es que al final de su formación sacerdotal escoge entre sus propósitos a San Francisco de Sales como modelo de amabilidad, de dulzura, de mansedumbre y de caridad pastoral. El Santo Obispo de Annecy, con la teología espiritual salesiana, fue una de las más destacadas respuestas al rigorismo jansenista en la época del apogeo de dicha corriente y resultó uno de los pilares fundamentales del apostolado de don Bosco, al punto de darle su nombre a la Congregación que fundaría posteriormente en favor de los jóvenes. Otros santos que contribuyeron a la visión teológica optimista de Juan Bosco fueron Felipe Neri, apóstol de Roma y fundador de la Congregación del oratorio, y Alfonso María de Ligorio, fundador de la Congregación del Santísimo Redentor (redentoristas) y caracterizado por su pastoral de la benignidad y por haber desarrollado una intensa actividad sacerdotal en las misiones populares.
Uno de los vínculos más destacados de la vida de Juan en el Seminario fue su amistad con Luis Comollo, quien murió prematuramente el 2 de abril de 1839 y del cual don Bosco escribiría un relato de su corta vida.
De esta manera, el joven seminarista Bosco de Asti fue ordenado sacerdote el 5 de junio de 1841 por Mons. Franzoni, arzobispo de Turín, en la capilla privada arzobispal. Celebró su primera Eucaristía en la Iglesia de San Francisco de Asís en Turín, ante el altar del Ángel de la Guardia.
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