Día quinto
Comenzar con la oración preparatoria.
De las manos de María Milagrosa, como de una
fuente luminosa, brotaban en
cascada los rayos de luz. Y la
Virgen explicó: "Es el símbolo de las gracias que Yo derramo sobre cuantas personas me las piden", haciéndome comprender -añade
Santa Catalina- lo mucho que le agradan las súplicas que se le hacen, y la liberalidad con que las atiende.
La Virgen Milagrosa es la Madre de la divina gracia que quiere confirmar y afianzar nuestra fe en su omnipotente
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