Al poco tiempo las siete desventuras fueron encarceladas, pues su vista molestaba a la nueva reina, y al poco tiempo la más joven de ellas tuvo un hijo que despertó las envidias de las seis restantes. Sin embargo, poco después todas querían con delirio al muchachito, que era su único consuelo, y cuando tuvo dos años se encontró con siete madres a cual más amante. El niño se mostró pronto tan útil, que las pobres prisioneras no hacían más que bendecir la hora de su nacimiento, pues desde aquel momento ... (ver texto completo)
