ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Plano de Europa
Foto enviada por Qnk

Tras contar este fantástico relato, el viejo guerrero se sentó, arrebujándose en su manta. Mientras se apagaba el resplandor de la hoguera, estuvo sentado, callado como la propia tierra, mirando hacia la oscuridad. En la distancia, se pudo escuchar el grito del Coyote que resonó por toda la pradera.
Coyote sopló en la nariz del modelo de Hombre que había hecho. Y cuando los demás animales se despertaron, descubrieron que había un animal nuevo en el bosque. Era el Hombre.
El Sol se puso antes de que ninguno hubiera terminado su modelo. Se echaron sobre la tierra, en el bosque. Todos dormían, excepto Coyote, que trajo agua del río y la echó sobre todos los otros modelos. La cola de barro del castor se cayó. La cornamenta de barro que había hecho el ciervo también, y lo mismo sucedió con las alas de barro de la lechuza.
Así fue como todos los animales salieron corriendo a buscar agua para hacer barro. La lechuza hizo un modelo con alas. El ciervo hizo uno con orejas muy grandes y unos ojos inmensos. El castor modeló un animal con una cola ancha y plana. El ratón hizo un modelo muy pequeño. Pero Coyote hizo al Hombre.
-Bueno -dijo Coyote, paciente- Hagamos un concurso. Cada uno de nosotros hará un modelo de Hombre en barro. Mañana veremos todos los modelos y decidiremos cuál es el mejor.
- ¡Siéntate, Coyote! ¡No nos gustan tus tonterías!
Se oyeron muchos gruñidos y silbidos airados, y los animales gritaron:
-Bueno, sí, gracias -dijo Coyote-. Como yo.
-Como tú -mascullaron todos los animales.
-El oso tenía razón cuando dijo que el Hombre tenía que andar sobre las patas traseras. Eso significa que podrá alcanzar los árboles. El ciervo estaba en lo cierto al decir que el Hombre debía tener buen oído y buena vista. Pero si el Hombre tuviera alas, como propuso la lechuza, se daría de cabeza contra el cielo. La única parte de pájaro que necesita son las largas garras del águila. Creo que las llamaré dedos. Y el león acertó al decir que el Hombre tenía que tener una voz muy fuerte, pero al ... (ver texto completo)
Los animales lo miraron; algunos gruñeron. Pero Coyote se dirigió a todos por igual.
-Creo que tengo la solución -dijo al fin Coyote.
Después de la pelea los animales quedaron tumbados en el suelo, sin fuerzas para seguir luchando.
Coyote los recogió y, juntándolos, hizo toda clase de animales nuevos y raros, como el camello y la jirafa.
Nadie escuchó al ratón. Estaban todos demasiado ocupados peleándose. Se mordían, se arañaban y se embestían: los animales luchaban en el bosque mientras Coyote se mantenía apartado, con el ceño fruncido. Volaban los pelos, las plumas, las pezuñas y los cuernos.