Compramos energía a futuro

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Puente
Foto enviada por Qnk

La señora Popof se llevó la sorpresa más grande de su vida. Salió corriendo al jardín y se quedó atónita mirando a su marido.
Al conjuro de su voz el profesor salió disparado hacia el techo, cruzó la habitación hacia la ventana y salió al jardín.
—No, no es eso —dijo el profesor con impaciencia— Fíjate-bien. Deseo… hallarme en el jardín.
— ¡Fíjate en esta asombrosa chaqueta!. —Es muy bonita, querido, demasiado buena para las faenas del jardín.
El profesor, muy excitado, entró corriendo en busca de su mujer.
- ¡Pero si estoy en mi jardín! Es increíble. Esta chaqueta debe de ser mágica.
De pronto la chaqueta empezó a descender lenta y suavemente.
- ¡Caramba! ¿Qué es esto? ¡Pero si estoy volando! Me dirijo a la ciudad. ¡Estoy sobrevolando el espigón! ¡Estoy sobre la universidad! ¡Estoy sobre mi casa!
La magia surtió efecto de inmediato. La chaqueta voladora se remontó por los aires… y con ella el profesor.
— ¡Qué mala suerte! No sólo no he logrado pescar nada, sino que se está mojando mi nueva chaqueta. Ojalá me encontrara en el jardín de mi casa.
Qué hermoso día -dijo, contemplando el cielo despejado y azul. Y con un suspiro de satisfacción, sacó su caña de pescar y arrojó el anzuelo a las serenas aguas del mar. Tenía muchas esperanzas de que pronto pescaría algo. Pero pasó el rato sin que picara ningún pez, y de improviso se levantó el viento. Aparecieron negros nubarrones en el horizonte y las olas comenzaron a batir sobre el bote.
Él profesor pagó y salió de la tienda muy contento con su compra. Estaba ansioso por mostrarle a su esposa la chaqueta, mas decidió ir antes a pescar unos peces para el almuerzo. Así pues, se encaminó al puerto y se hizo a la mar en su barquito.
—No es necesario que me la envuelva -dijo-. Me la llevaré puesta y le daré a mi mujer una agradable sorpresa. Lleva meses quejándose de mi vieja chaqueta.
El profesor asintió muy satisfecho.
—Le sienta estupendamente —dijo, mientras ayudaba al profesor a probársela—. Parece que esté hecha a medida.