No estoy muy segura de si este año hubiese podido subir esta cuesta final antes de llegar a la
ermita; mi cadera, aunque ya no me duele apenas y puedo pasar sin calmantes, no estaba aquellos días para muchos trotes, no.
¿Verdad qué cada día se ve el
camino hacia la ermita más bonito? ¡Los
pinos están hermosones porque sí! Ahora, para que cada día estén más bonitos debemos cuidarlos. Besos, alconcheleros.