Mi mensaje es de desolación y tristeza por ver que muchas de las personas de Solanilla del Tamaral, se están marchando, por haber cubierto su meta en esta vida. Veo sus calles sin ancianos, sin niños. Mis mejores vivencias, las mas felices, han sido en este lugar, muchas experiencias gratas, grabadas en el recuerdo. Las partidas de truque, las correrías con amigos por el campo, las fiesta... en definitiva, un sinfín de de situaciones, que producen buena energía y jamás podré olvidar. Solanilla requiere con urgencia de todos nosotros, no la abandonemos, ayudemos a que recupere con nueva vida, su fuerza vital. El Barbas