Quiero haceros pensar a todos los que visitaís estas páginas de este foro, espero que a través de estas letras recapacitemos, sobre el orden universal al que pertenecemos y aunque nos resulte complejo, debemos sopesar y analizar, para llegar a nuestras propias convicciones.
AL CUERPO AL QUE PERTENECEMOS
Son muchas las preguntas que todos nosotros nos formulamos, sobre el origen de la vida y si somos hijos de Dios o simplemente pertenecemos a su naturaleza intrínseca, en la que nos hallamos inmersos. Esta secuencia de múltiples conjeturas, nos llevan a establecer hipótesis, con mayor o menor grado, para así poder avalarlas con un juicio de cierta objetividad científica.
Si establecemos cierto paralelismo, entre nosotros y lo que observamos a nuestro alrededor, encontraremos muchas similitudes, en su proceso global, que nos obligaría a pensar, si no formamos parte de un cuerpo mayor, en el que estamos inmersos y por lo tanto nos movemos por parámetros lógicos a su secuencia y consecuencia necesaria, de crecimiento y evolución progresiva.
Analicemos todo esto, aplicando elementos que nos permitan viajar a ese mundo paralelo, que se desarrolla en nuestro propio cuerpo.
Si nos remontamos al nacimiento, veremos que de la “nada relativa”, nace un nuevo ser. Esta expansión o bing ban hipotético, permite el desarrollo y evolución de la materia, la cual va tomando forma, espacio y como consecuencia de esta, nacerá el tiempo. Este micro universo, con todo lo que integra, se completa parcialmente, con el movimiento del nuevo ser. Pero el proceso no termina, su expansión y evolución continuará y nos acompañará hasta la muerte.
Dentro de este micro cosmos, todo se modifica, nace, crece, evoluciona y muere. La expansión global y el mayor distanciamiento entre todos los elementos que lo integran, se produce como reacción lógica y necesaria a su evolución. Esta a su vez genera un hiperespacio, que se irá frenando y ralentizando, conforma pasan los años o unidades de tiempo.
Al reconocer este movimiento y revisar todo lo que integra, nacimiento, expansión, evolución y cambios continuos en los procesos que lo mueven, me llevan a poder pensar en una gran similitud y establecer así la correlación existente, entre nosotros y el mundo que nos rodea.
El universo, observado con gran amplitud mental y visto desde un ángulo externo, nos muestra al buen observador, un modo de reconocimiento distinto, que si lo miramos con una óptica más reducida. Si queremos entender al bosque y reconocerlo, nos será más fácil, si nos situamos fuera de su interior, en un plano externo. AsÍ tendremos una idea más cercana del conjunto, ello nos permite mayor pluralidad y una visión completa y más próxima a su realidad.
Igualmente, si necesitamos reconocer nuestro lugar y posición, es conveniente usar mecanismos que nos permitan, figurar una posición de nosotros, como sujetos en un plano diferente. Si buscamos sufrir esta experiencia, el único resorte válido del que disponemos, es nuestra mente a falta de los hechos científicos que van validando cada una de nuestras experiencias, ella nos facilitará, modificar nuestro estado actual y llevarnos a un plano exterior, fuera del lugar que realmente ocupamos, así evitaremos las barreras que impiden tengamos una visión global del conjunto y como consecuencia, poder entender nuestra posible realidad.
Al viajar fuera y buscar este plano figurado externo con nuestra mente. Podremos intuir una realidad diferente y reconocer la globalidad y su secuencia final.
En este macro cuerpo, que podemos ahora si, canalizar, se suceden movimientos de similitud paralela, a lo que está sucediendo en nuestro interior. El nacimiento, expansión, evolución, muerte y renovación, como la consecuencia de este proceso generalizado, donde los cuerpos independientes de su tamaño, crean un paralelismo tan igual, que nos llevaría a pensar, si no somos hijos de su naturaleza y por lo tanto integrantes físicos de un Dios mayor.
Aunque resulte complejo, su comprensión, debemos aprender a mirar y ver todo lo que sucede alrededor nuestro. El mundo evoluciona y contiene pautas muy diferentes: nacimiento, crecimiento, muerte, enfermedad, guerras, un sin fin de situaciones límites, integrantes y necesarias en todo proceso. El mundo ha cambiado, pero las funciones que establecen la pirámide evolutiva, marcan el curso de la historia y en ocasiones se repite el proceso, aunque con matices distintos. En nuestro cuerpo, sucede lo mismo, los estadios y movimientos en base al instinto de supervivencia del conjunto, genera cierta destrucción y regeneración y la consecuencia final, es la integridad global de ese conjunto, el sujeto como tal, es necesario, pero poco significativo, la historia sigue buscando y luchando por el equilibrio de fuerzas que permite, la vida, evolución y desarrollo, en base a la consecuencia de la continuidad de esta, como meta final.
30-06-2009
Juan de Mata Sánchez Aragón.
AL CUERPO AL QUE PERTENECEMOS
Son muchas las preguntas que todos nosotros nos formulamos, sobre el origen de la vida y si somos hijos de Dios o simplemente pertenecemos a su naturaleza intrínseca, en la que nos hallamos inmersos. Esta secuencia de múltiples conjeturas, nos llevan a establecer hipótesis, con mayor o menor grado, para así poder avalarlas con un juicio de cierta objetividad científica.
Si establecemos cierto paralelismo, entre nosotros y lo que observamos a nuestro alrededor, encontraremos muchas similitudes, en su proceso global, que nos obligaría a pensar, si no formamos parte de un cuerpo mayor, en el que estamos inmersos y por lo tanto nos movemos por parámetros lógicos a su secuencia y consecuencia necesaria, de crecimiento y evolución progresiva.
Analicemos todo esto, aplicando elementos que nos permitan viajar a ese mundo paralelo, que se desarrolla en nuestro propio cuerpo.
Si nos remontamos al nacimiento, veremos que de la “nada relativa”, nace un nuevo ser. Esta expansión o bing ban hipotético, permite el desarrollo y evolución de la materia, la cual va tomando forma, espacio y como consecuencia de esta, nacerá el tiempo. Este micro universo, con todo lo que integra, se completa parcialmente, con el movimiento del nuevo ser. Pero el proceso no termina, su expansión y evolución continuará y nos acompañará hasta la muerte.
Dentro de este micro cosmos, todo se modifica, nace, crece, evoluciona y muere. La expansión global y el mayor distanciamiento entre todos los elementos que lo integran, se produce como reacción lógica y necesaria a su evolución. Esta a su vez genera un hiperespacio, que se irá frenando y ralentizando, conforma pasan los años o unidades de tiempo.
Al reconocer este movimiento y revisar todo lo que integra, nacimiento, expansión, evolución y cambios continuos en los procesos que lo mueven, me llevan a poder pensar en una gran similitud y establecer así la correlación existente, entre nosotros y el mundo que nos rodea.
El universo, observado con gran amplitud mental y visto desde un ángulo externo, nos muestra al buen observador, un modo de reconocimiento distinto, que si lo miramos con una óptica más reducida. Si queremos entender al bosque y reconocerlo, nos será más fácil, si nos situamos fuera de su interior, en un plano externo. AsÍ tendremos una idea más cercana del conjunto, ello nos permite mayor pluralidad y una visión completa y más próxima a su realidad.
Igualmente, si necesitamos reconocer nuestro lugar y posición, es conveniente usar mecanismos que nos permitan, figurar una posición de nosotros, como sujetos en un plano diferente. Si buscamos sufrir esta experiencia, el único resorte válido del que disponemos, es nuestra mente a falta de los hechos científicos que van validando cada una de nuestras experiencias, ella nos facilitará, modificar nuestro estado actual y llevarnos a un plano exterior, fuera del lugar que realmente ocupamos, así evitaremos las barreras que impiden tengamos una visión global del conjunto y como consecuencia, poder entender nuestra posible realidad.
Al viajar fuera y buscar este plano figurado externo con nuestra mente. Podremos intuir una realidad diferente y reconocer la globalidad y su secuencia final.
En este macro cuerpo, que podemos ahora si, canalizar, se suceden movimientos de similitud paralela, a lo que está sucediendo en nuestro interior. El nacimiento, expansión, evolución, muerte y renovación, como la consecuencia de este proceso generalizado, donde los cuerpos independientes de su tamaño, crean un paralelismo tan igual, que nos llevaría a pensar, si no somos hijos de su naturaleza y por lo tanto integrantes físicos de un Dios mayor.
Aunque resulte complejo, su comprensión, debemos aprender a mirar y ver todo lo que sucede alrededor nuestro. El mundo evoluciona y contiene pautas muy diferentes: nacimiento, crecimiento, muerte, enfermedad, guerras, un sin fin de situaciones límites, integrantes y necesarias en todo proceso. El mundo ha cambiado, pero las funciones que establecen la pirámide evolutiva, marcan el curso de la historia y en ocasiones se repite el proceso, aunque con matices distintos. En nuestro cuerpo, sucede lo mismo, los estadios y movimientos en base al instinto de supervivencia del conjunto, genera cierta destrucción y regeneración y la consecuencia final, es la integridad global de ese conjunto, el sujeto como tal, es necesario, pero poco significativo, la historia sigue buscando y luchando por el equilibrio de fuerzas que permite, la vida, evolución y desarrollo, en base a la consecuencia de la continuidad de esta, como meta final.
30-06-2009
Juan de Mata Sánchez Aragón.