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PUERTOLLANO: Veo que sigue la “trifulca” con el tema de la juventud…...

Veo que sigue la “trifulca” con el tema de la juventud… lo que de alguna manera, me empuja de nuevo a “mojarme”…

En su momento, recordando un entrañable grupo de infancia, comentaba a Cubero, ¡Ay!, paisano, ¡aquellos tiempos…!. ¡Y aquellas pandas!”. Sin embargo, ello no quita que piense que la juventud actual no es mejor ni peor que la juventud que nos tocó vivir. Simplemente son otros tiempos. Otra educación. Otras circunstancias…

Ahora reprochamos los mayores que los jóvenes no respetan a sus maestros, no respetan a sus mayores, no respetan a … ¿pero quien tiene la culpa de ello?, ¿el joven?. Pienso que no, que el joven no tiene la culpa de ello. Son los nuevos tiempos, tiempos “progresistas” que han traído consigo un nuevo tipo de educación, más libre y permisiva con los derechos del menor, y éste, claro, se ha “adaptado” a tales tiempos…

Pues hasta tal punto han llegado los derechos del menor, que ni los propios padres que quieran educarlos en tales valores de antaño (ciertamente, cada vez los menos padres) pueden darle unos azotes a su hijo por muy “bandido” que sea el comportamiento del menor… ¿Entonces?. ¿Qué castigo propinar? Pues obviamente así “las cosas”, el menor puede rebelarse de la manera que más le “convenga” y satisfaga contra cualquier castigo que se le quiera imponer por parte de los padres… Y si esto es así con los padres, ¿qué decir de la “papeleta” que tienen los maestros en sus clases?...

Desde luego se ha producido un caldo de cultivo idóneo para crear personas caprichosas, egoístas e insolidarias. Pequeños “monstruitos”, vaya… La “cuestión” entonces surge: ¿Como hubiera sido nuestra juventud de los 60 con las circunstancias, “normas” y pensamientos actuales de los nuevos padres?. ¿Hubiéramos respetado igual que hicimos a nuestros mayores?. ¿Hubiéramos respetado igual que lo hicimos a nuestros maestros? ¿Hubiéramos…?. A mi me da que NO sin el temor al “castigo” del azote, con la “zapatilla y la correa” desterrada…

La educación de ahora del menor está basada en aquello de: “Lo peor es educar por métodos basados en el temor, la fuerza, la autoridad... porque se destruye la sinceridad y la confianza y sólo se consigue una falsa sumisión”. El inconveniente de estas frases “idílicas” es que la mayoría de ellas provienen de un falso intelectual, de un “ratón de biblioteca” que sería incapaz de comprender que el “castigo” comentado, “ese” que se realiza en ocasiones puntuales y dentro de unos limites “tolerables”, NO crea ningún trauma…

Por ello no debe extrañarnos que tales lodos nos traigan estos barros…