Buenas tardes Antonio, asi es, la luz debe sstar siempre encendida por si viene alguien en la oscuridad de la noche y puede tropezar con las sillas o las patas de las mesas...
Es cierto que ya mismo tenemos aqui carnaval y Semana Santa y ya mismo comienzan las romerias y fiestas en todos los pueblos, ya veremos como se presentan este año, si os dan tregua y no llueve o por el contrario luce un preciosos dia
Besos y espero que la tarde de niñero fuera divertida y entretenida
Es cierto que ya mismo tenemos aqui carnaval y Semana Santa y ya mismo comienzan las romerias y fiestas en todos los pueblos, ya veremos como se presentan este año, si os dan tregua y no llueve o por el contrario luce un preciosos dia
Besos y espero que la tarde de niñero fuera divertida y entretenida
LOLI, hay muchos que critican las fiestas: llamense carnaval, semana Santa, romerías etc. Yo creo que son muy importante. Todas las fiestas, ponen en movimiento al dinero, crean demandas y crean empleo. Así pues, bienvenidas sean todas, aunque ya no estemos para muchostrotes.
Hoy os dejo unas largas letrillas, historia de mi niñez, simplificada.
Un abrazo.
A LA SOMBRA DEL PARRÓN
Era una casa de pueblo
En el patio había un parrón
Con los racimos de uvas
Tiernas como el algodón
Un pozo de agua salubre
En el centro del corral
Con las paredes de piedras
Y un cubo encima el brocal
El horno de hacer el pan
Y debajo el gallinero
Muy cerca, la cochinera
Pegando al estercolero
En el solar colindante
El toril donde dormían
Las cabras con los chivitos
Con las puertas de alfajías
Debajo de aquel parrón
Y aquel patio sombreado
Afeitaba yo a mi Abuelo
En una silla sentado
Con navaja de barbero
Brocha de cerda tejón
Con la palangana vieja
Donde mojaba el jabón
No recuerdo ni un mal corte
A pesar mí corta edad
Y el valor de aquel abuelo
Que se dejaba afeitar
Mientras, me contaba historias
Del presente y del antaño
Esas que os voy contando
Cuando estamos en hogaño
El me enseñó, que había aves
Que se les enseñaba a hablar
Cuando mi mente, tan tierna
No lo podía asimilar
Me contaba de la historia
De aquel divino terruño
Y me enseño a defenderlo
Con la fuerza de mis puños
Me hablaba del bisabuelo
Isidro tenía de nombre
Era maestro de escuela
Y a los niños, los hizo hombres
También me solían contar
Entre mi Padre y mi Abuelo
Esas cosas de los campos
Mientras jugaba en el suelo
Me llevaron a la siega
En laderas empinadas
Y hube de dejar la escuela
Faltando varias jornadas
Me enseñaron que es trillar
Con los mulos y con la yegua
Y me venía a casa andando
Distando más de una legua
Guardé cerdos en el campo
En medio de rastrojeras
Resguardándome del Sol
Al pié de las madroñeras
Entre mi Padre y mi Abuelo
Mi Madre con su vecina
Me enseñaron a gozar
De esta vida, que es divina
A. E. I.
Hoy os dejo unas largas letrillas, historia de mi niñez, simplificada.
Un abrazo.
A LA SOMBRA DEL PARRÓN
Era una casa de pueblo
En el patio había un parrón
Con los racimos de uvas
Tiernas como el algodón
Un pozo de agua salubre
En el centro del corral
Con las paredes de piedras
Y un cubo encima el brocal
El horno de hacer el pan
Y debajo el gallinero
Muy cerca, la cochinera
Pegando al estercolero
En el solar colindante
El toril donde dormían
Las cabras con los chivitos
Con las puertas de alfajías
Debajo de aquel parrón
Y aquel patio sombreado
Afeitaba yo a mi Abuelo
En una silla sentado
Con navaja de barbero
Brocha de cerda tejón
Con la palangana vieja
Donde mojaba el jabón
No recuerdo ni un mal corte
A pesar mí corta edad
Y el valor de aquel abuelo
Que se dejaba afeitar
Mientras, me contaba historias
Del presente y del antaño
Esas que os voy contando
Cuando estamos en hogaño
El me enseñó, que había aves
Que se les enseñaba a hablar
Cuando mi mente, tan tierna
No lo podía asimilar
Me contaba de la historia
De aquel divino terruño
Y me enseño a defenderlo
Con la fuerza de mis puños
Me hablaba del bisabuelo
Isidro tenía de nombre
Era maestro de escuela
Y a los niños, los hizo hombres
También me solían contar
Entre mi Padre y mi Abuelo
Esas cosas de los campos
Mientras jugaba en el suelo
Me llevaron a la siega
En laderas empinadas
Y hube de dejar la escuela
Faltando varias jornadas
Me enseñaron que es trillar
Con los mulos y con la yegua
Y me venía a casa andando
Distando más de una legua
Guardé cerdos en el campo
En medio de rastrojeras
Resguardándome del Sol
Al pié de las madroñeras
Entre mi Padre y mi Abuelo
Mi Madre con su vecina
Me enseñaron a gozar
De esta vida, que es divina
A. E. I.