MADRE CELESTIAL
Madre Celestial, ya se que te resultara extraño el verme por aquí, bien sabes que soy hombre de pocos rezos, prefiero los hechos, pero esta mi visita es para recordar aquel día y de paso hacerte un ruego.
Bien recuerdo, hace hoy un mes, mi viaje relámpago hasta Puertollano, tu también sabias de el y hasta me esperabas, hasta ese día habías estrenado un preciosos manto para la ocasión.
Ya por la mañana me acerque hasta las inmediaciones de la calle Aduana, multitud de voluntarios se encontraban preparándote una alfombra de flores para que caminaras sobre ella, pero yo estaba impaciente por que llegara la noche para verte y ansiaba que nuestras miradas se cruzaran.
Por fin la noche llegó y dos largas filas de creyentes y penitentes te antecedían en la procesión, yo estaba en aquella esquina para verte de venir de frente calle abajo, así sucedió y viniendo hacia mi desde la calle del Santísimo, llegaste a la esquina con la Plaza del Vía Crucis, en ese momento nuestras miradas se cruzaron y sobraron las palabras, solo nosotros lo entendíamos, tu precioso y bello manto Azul fue la prueba de que esa persona que hasta ti me había conducido, se había ganado un sitio en el cielo, lugar que se ocupa a tu lado.
Ahora te ruego cuides de ella, ya está en ese lugar que tanto ansiaba, descansa junto a su madre y marido, pero se que estando bajo tu protección, alcanzara el descanso eterno, se que no hacia falta te lo pidiera pero el corazón así me lo pedía y yo te lo transmito a ti Madre Celestial.
Madre Celestial, ya se que te resultara extraño el verme por aquí, bien sabes que soy hombre de pocos rezos, prefiero los hechos, pero esta mi visita es para recordar aquel día y de paso hacerte un ruego.
Bien recuerdo, hace hoy un mes, mi viaje relámpago hasta Puertollano, tu también sabias de el y hasta me esperabas, hasta ese día habías estrenado un preciosos manto para la ocasión.
Ya por la mañana me acerque hasta las inmediaciones de la calle Aduana, multitud de voluntarios se encontraban preparándote una alfombra de flores para que caminaras sobre ella, pero yo estaba impaciente por que llegara la noche para verte y ansiaba que nuestras miradas se cruzaran.
Por fin la noche llegó y dos largas filas de creyentes y penitentes te antecedían en la procesión, yo estaba en aquella esquina para verte de venir de frente calle abajo, así sucedió y viniendo hacia mi desde la calle del Santísimo, llegaste a la esquina con la Plaza del Vía Crucis, en ese momento nuestras miradas se cruzaron y sobraron las palabras, solo nosotros lo entendíamos, tu precioso y bello manto Azul fue la prueba de que esa persona que hasta ti me había conducido, se había ganado un sitio en el cielo, lugar que se ocupa a tu lado.
Ahora te ruego cuides de ella, ya está en ese lugar que tanto ansiaba, descansa junto a su madre y marido, pero se que estando bajo tu protección, alcanzara el descanso eterno, se que no hacia falta te lo pidiera pero el corazón así me lo pedía y yo te lo transmito a ti Madre Celestial.
