Ofertas de luz y gas

PUERTOLLANO: ! hola Emiliana! deprisa comosiempre. He andado buscando...

Ayer os decia que hoy es el dia internacional del Alzheimer, y os iba a dejar un relato que leí hace tiempo en una revista, es uno de tantos relatos reales, que espero os guste, porque es la realidad de la enfermedad, muchas sombras y algun que otro rayo de luz....

CUÉNTAME UN CUENTO

La puerta se abrió despacio. “ ¿Jaime?”. Laura oyó un golpe seco en el cuarto de baño y el agua de la cisterna. A los pocos minutos el anciano apareció ante ella y la miró fijamente, ajustándose las gafas. Aún llevaba el cinturón del batín sin anudar. Jaime odiaba pasearse por la residencia con el pijama oficial, así que no iba ni al baño sin su batín. “ ¿Quien es usted? “, le preguntó el viejo entre confuso y alarmado.
Ella sonrió. “ Soy Laura”. “ ¡Ah, si! ¡La voluntaria! ¡Pase, pase! ¡La estaba esperando!”. La joven cogió una silla y la acercó a la cama. Llevaba más de diez años de voluntaria por distintos hospitales y residencias de la ciudad, a los que acudía a contar historias a los enfermos para aliviar su soledad. Los niños y los ancianos eran sus preferidos porque, mientras ella hablaba, la escuchaban como si siempre fuera la primera vez que oían un cuento.
“ ¿Qué le apetece hoy? ¿Misterio, fantasía, terror…?”, le preguntó curiosa. “No, terror no, que luego tengo pesadillas. Estoy envejeciendo rápido y me despierto llorando como un chiquillo. ¿Podría ser algo romántico? Quizá no me vendría mal recordar tiempos mozos…”
Recordar. Los médicos le habían dicho a Laura que eso era lo único que Jaime no lograba hacer. Desde que ingresó en la residencia, su Alzheimer había avanzado lastimosamente, pero ella se resistía a dejar de visitarlo. Había Algo en el hombre que le decía que un poco de cariño podía sujetarlo a la tierra durante algún tiempo.
“Una enfermera estaba contando en la cafetería la historia de amor más romántica que nunca he escuchado. ¿Se la cuento?”. El anciano aprobó la sugerencia con un leve gesto que indicaba que se le acercara más. “Al parecer – comenzó ella -, uno de los enfermos de la residencia pasó doce años visitando, día tras día, en ese mismo hospital, a la que fue su amada esposa, en coma tras sufrir un aparatoso accidente. Aunque los médicos insistían en que era un caso perdido, el fiel marido confiaba en que su amor derribaría aquella barrera y les permitiría volver a estar juntos. Aunque solo fuera un instante. Así que, un día le llevaba flores, otro le leía apasionadamente novelas, algunos le ponía sus discos preferidos…. En el centro estuvieron a punto de prohibirle sus visitas, porque eran casi enfermizas. Él se pasaba los meses sin ir a su casa, lejos de sus hijos y nietos. Pero nada pudo persuadirlo. Estaba empeñado en verla sonreír, convencido de que lo lograría, aunque fuera la última vez. Y una tarde que se había quedado dormido abrazado a su mano, una caricia lo despertó. Al abrir los ojos, su mujer lo miraba enamorada y le susurraba: “Gracias cariño….”. Esa noche fue la más feliz de su vida a pesar de que, a la mañana siguiente, ella murió”.
Laura calló. Jaime le apretaba la mano mientras la veía llorar, y le lanzó una mirada tierna: “ ¿Le has llevado flores hoy, cariño?”, preguntó con un rayo de luz en los ojos. “ ¡Claro, papá, como todos los días!”. “Mi niña, te pareces tanto a ella…”. Y sus pupilas volvieron a cubrirse de sombras.
“ ¿Cómo decías que te llamabas? ¿Me vas a contar, entonces, alguna historia?”. “Si, Jaime – contestó la chica secándose las lagrimas -, hoy te contaré una bonita historia sobre el poder del amor”

Buenos días Loli, me ha emocionado y he llorado por tu narración, fijate que yo escribo cosillas, pués creeme, que soy incapaz de escribir nada sobre éste tema ni nada que se le parezca y bién que lo siento, porque teniendo las referencias de primera mano y con los años que llevamos con ello, mira si tendría tema amplio, pero por más que lo intento no me sale nada, me da la congoja y solo, me sale llorar. Bueno voy aponer algo que escribí relaciondo con la zona de la residencia, pero que nada tiene que ver con lo otro, saludos y que os guste. enriqueta

DESCUBRIENDO RINCONES

Había pasado por este sitio mil veces, se trata de la Glorieta España, para situarnos; es donde está la Residencia de ancianos “El Poblado”.
Nunca me había parecido tan bella como aquella tarde: El sol ya estaba dando sus últimos rayos y ese resplandor rojizo hacía que los árboles tuvieran distintos tintes por el otoño.
Yo entraba por la calle Baleares, ésta es paralela a la carretera que va a Repsol. Desde ese punto, el panorama que tenía frente a mí era impresionante. A la izquierda en la parte alta, está la Residencia, con su fachada ocre, a la que el sol en esos momentos le daba un color más dorado, haciendo al mismo tiempo que sus cristaleras parecieran espejos en las que se reflejara.
Ya abajo, en la glorieta, las altas palmeras movían sus palmas en la altura, como desafiando al otoño, bailando elegantes y risueñas.
En el centro la fuente, los surtidores hacían la música, acompasada, cantarina.
Frente a mí, allá, más al fondo, los árboles de hoja caduca de distintas especies y tonos, estaban ya casi desnudos, el aire mecía las pocas hojas que les iban quedando, y estas daban a aquellos rayitos de sol su última despedida, su triste adiós lloroso y definitivo, cual moribundo que sabe que al día siguiente no los van a volver a ver.
Al contrario que los fuertes y altos eucaliptos, que parecen columnas de Hércules, a las cuales ni el frío ni el calor les afecta. Estos se mantienen verde todo el año, dándoles cobijo a los cientos de pájaros que ellos acogen y los mecen al ritmo del viento, y cuando es suave, el ruido de sus hojas, les canta una nana.
Son cosas de la naturaleza, que no entenderemos. Aunque las vayamos viviendo otoño a otoño, no dejarán de sorprendernos.

Pues no se hable mas! Escribir, sentir, reís llorar... sabéis muy bien que también se llora de alegría...! y que bonitas son esas lágrimas, como se pegan al alma, como ríen como hablan... sin palabras.
tanto es así que mientras escribía, me he comido una U en alguna parte. No importa, ami también se me nublan los ojos, cuando el corazón habla. cuando los labios tiemblan de alegría... Solo no llora n los que tienen los sentimientos dormidos, y las conciencias brumosas
! Felicidades a las dos!
Mi mejor abrazo para las dos ¿Creéis acaso que los hombres no lloramos? Por dentro y por fuera...

buenas noches libertad, me gusta que reconozca que los hombres tambien llorais, como bien dices, tambien se llora de alegria y de amor verdad que tambien es bonito, y sobre todo como dices se llora por dentro y por fuera, da igual que seamos mujeres que hombres lo importante, es que haya sentimientos venga amigo te mando un fuerte abrazo emiliana serrano

! hola Emiliana! deprisa comosiempre. He andado buscando en internet ya que no pude verme en la televisión, al final aburrido por no en contar nada me he retirado. Y me falta el paseo por el campo. Supongo que habrás leído nos filmó la tele: mucho jaleo para bien poco, por lo que me dicen. de todos modos fue agradable y serio.
Como siempre mi sincero abrazo
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Buenas tardes Juan, anoche tambien estuve como tu buscando por internet y nada de nada, esa noticia no sale por ningun sitio, que rabia habernosla perdido, en cuanto a lo de mucho tiempo de grabacion para poco contenido siempre es asi, yo recuerdo cuando hicimos la peticion de calle hace dos años, que tambien estuvieron grabando casi toda la tarde y al final salio apenas nada, en aquella ocasion llamé a Toledo y solicité la grabacion, me contaron que de lo que graban recortan y dejan una selecion ... (ver texto completo)