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PUERTOLLANO: ! Gracias "Cuberete" Bueno, mejor cuberón; se entiende;...

SE CONOCIERON...

Se conocieron de niños. Jugaron de niños. Rieron y lloraron de niños. Y, vivieron grandes, pequeños y dulces recuerdos de niños. Y... amores de adolescentes, vivieron, todo eso que sucede y que los mayores trataban de prohibir.

Me invadía la ira aquel día en que "El tío" Tiburcio me sorprendió, dando patadas a las piedras del camino.
-! Calma, muchacho, las piedras no tienen la culpa, y te vas a desgraciar los pies!-me estaba diciendo
Levaba razón pero no le hice mucho caso, pues enese momento, diera una matada a una piedra, y tras el gesto de furia, pronuncíe un grito de dolor. me había lastimado el dedo gordo, y de la albarca se había desprendido una de las corres de cuero, sujetas con lañas de alambre...
-Trae, te apaño eso._ decía el "Tío" Tiburcio mientras cortaba de si trancherte un pedazo de brabante que había sacado de su bolsillo. Le diera las gracias y salté el ribazo, mientras, tras de mí. "El Tío Tiburció" decía.
-"s'ice por ahí. que te vas p'ala capital, si la que yo dijo, que tes to, la
razon, que aquí no ay polvenir y que p'á cogel cuatro espigas, y que los jóvenes hacen bien pos aquí no hay apaño. Y su sabia voz se perdío entre los olivos, mientra yo, aligeraba la marcha campo a través.
ESTABA DECIDIDO. No se quien había esparcido el rumor... pero no hiba por ahí mi rabia, esta venía de otro lado. y "el tío Tuburcio" había acetado al insinuar: "Alguien te va a echar de menos" Alguien con quien ya me prohibían jugar, diciendo que ya habíamos crecido, mi querida e inseparable amiga.
Y me metí por el atajo, en tu busca, deprisa, pues sabía dondeencontrar. a mi compañera de juegos...
Y te viera. Y tras de el arbol grande, te viera descender la senda, tus cabellos hermosos sueltsal viento. Y contemparía tus pasos menudos y ligeros, desde mi escondite. Y tus pies levantaba polvo a tu paso, y sin decir nada, caminamos el trecho que nos separaba de la fuente, y tomaría, como siempre tu mano libre de el botijo entre las mías. Y luego, nos escondimos tras los saúcos, y en silencio recordé, los felices días, tras el viej omolino, cuando se enredarían tus frágiles piernas en las zarzas y sangrabas por encima de tus rodillas... Y mojaría mi pañuelo, en el arroyo que cantaba entre las piedras. y tambien cantaban los pájaros en lo alto de los viejos chopos mientras yo limpiaba tu herida con, mimosa preocupación. Y luego anudaría el pañuelo, que me mostraras un día... pero esto merece una historia aparte.
Tenía agarrada tu mano. (! siempre las manos unidas en caricias inocentes!)
allí, en nuestro escondite, y callamos mucho tiempo. Tu me distoe un beso en la mejilla: un beso fugaz, Yo repetiría la caricia, a la vez que te abrazaba con torpeza. No se si por romper mi azoramiento dijiste.
- ¿Sabes, que ya tienes bello en tu barbilla?
reimos unos instantes tu ocurrencia.... para luego, muy próximos nuestros ojos, creo que se preguntaban. lo que luego nuestros labios, por primera vez se dijeron en un beso largo y distinto.
Tu falda mas arriba de las rodillas... aquellas piernas frágiles y diminutas, ahora se me mostraban, lisas, brillantes, hermosas, y me nacía el deseo de acercar mis manos, en llamada diferente a el día aquel en el molino. Y sin rubor alguno, levanté tu falda, te dejaste hacer... ¿Sería porque nos conocíamos desde siempre? Mis manos acariciaban tu cuerpo caliente... me dí cuenta de que tus senos eran firmes y muy crecidos ¿Como no me había dado cuenta hasta ese momento? ¿Porque ahora sentía deseos de acariciar...? Y busqué, busqué tras la blusa, y mientras sentía sensaciones desconocidas, por un instante, pensé, el porque decían los mayores, ciertas cosas... pero los nuevos instintos, nacen y crecen, pensaba yo, mientras mis manos querían estár por todas partes a la vez.
Sudamos, pese al frescor bajo los chopos.
Y no sucedió nada mas. tal vez no sucedió porque, porque en un huerto cercano escuchamos el golpear de una azada. Nos incorporamos ambos, como si nos sintiéramos culpables de algo. y a través de os matorrales, viera que El "Tío", José, se afanaba en regar su huerto.
Subiríamos en silencio. por el otro lado, y botijo en mano, trepamos sendero arriba. Ya caía la tarde cuando nos detuvimos, en una de las bodegas y bajo el arco... un triste adiós en un abrazo largo.
Lloraste, y yo también lloré.
besaría tus ojos y tus lágrimas supe que eran saladas. Lueego mas tarde, sabía como son de amargas.
LIBERTAD (en un lugar y día cualquiera, por tierras manchegas)

Bello relato AMIGO, una preciosa historia de amor rozando lo furtivo, esa pareja de enamorados y que por culpa del caprichoso destino no tubo su final feliz y esperado por los dos.

Solo desearte que junto con tu esposa Paloma acabéis de tener un feliz fin de semana…. venga amigo cuidaros y sed felices…..

! Gracias "Cuberete" Bueno, mejor cuberón; se entiende; cariñosamente.
Dio tiempo a amarrar lo poco bueno, que nos brindaron los años jövenes, y, con la misma pasión critico lo malo que ensalzo lo bueno, y me gusta recordar, que el pasado sin saber lo que son tristezas, no se puede gozar de la misma manera de un momento de alegría.
Decía mi abuela de las diferencias que si no existiera lo feo, seria difícil de comparar lo bonito. Es decir, lo unos se lo debe a lo otro.
En espera de que nos visite la lluvia, que no llega nunca. Me temo que este año vamos a comer pocas setas.
Saludos