COZAR: De pequeña me gustaba asomarme a ver a la Soledad cuando...

De pequeña me gustaba asomarme a ver a la Soledad cuando iba a Cozar, el pueblo de mis padres y abuelos, de vacaciones, me parecía tan real que pensaba que era una señora vestida de virgen, ni tan siquiera llegaba a la ventana para mirar y tenía que trepar agarrándome a la cruzada de hierro de sus ventanillas siempre abiertas en verano. Una virgen de talla tan real y sin firmar bien podría pertenecer a La Roldana, una mujer que tallaba sus figuras en el siglo XVIII y que no firmaba porque en esa época las firmas de escultoras o incluso pintoras eran de su padre o esposo, la Roldana solía esconder dentro de la talla una nota con su nombre y firma para que en los años o siglos venideros se pudiese encontrar y así poder llegar a valorar el importante paso de la mujer por el arte español. Algún día se podrá valorar de igual manera al hombre y a la mujer en los distintos campos y valorar el doble esfuerzo que hicieron muchas mujeres para hacerse un hueco en la historia de España.